Eso por no
hablar del humo que se detecta en cierto tipo de depresiones.
Aunque seguro
que los expertos dirán eso tan célebre de que en estas afirmaciones hay un
error porque el asunto “es más complejo de lo que parece”.
Choca la afirmación,
porque precisamente en cualquier campo, la diferencia entre experto y profano
debe estar en que para el experto sea sencillo lo que para el profano se
presenta complicado.
Pero en todo caso cabe afirmar que las enfermedades del
alma (no del cerebro) tienen algo que ver con la falta de libertad del cuerpo.
Es más, no
son sólo enfermos los de los estados depresivos y el resto está sano.
Estamos
en una sociedad enfermiza, toda ella; enferma hasta los tuétanos al no dejar vivir
la vida.
Se nos obliga
a vivir cual personajes de una obra de teatro cuyo guión nos escriben los
poderosos, y cuyo titulo podría ser:
“No vivas para ti. Vive para producir y
ya vivirás para ti” o “Trabaja sin
sentido por dinero y lo tendrás todo...en el futuro o sea ¡nunca!”.
Del libro LA ESTAFA SEXUAL de Paco Molina, que busca editorial desesperadamente.
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