Pero es que
además, la familia te protege.
Te protege de la enfermedad, cuidándote
si lo necesitas. De las agresiones o amenazas, haciendo frente común si es preciso.
Te protege en el mundo laboral, tan despiadado, buscándote un enchufe para que
trabajes, o pagándote unos estudios, o ayudándote a poner un negocio.
Esta
protección, respecto a la hostilidad exterior, es tan importante para el
éxito de la familia que hasta los Estados más despiadados tienen leyes que
obligan a los miembros de las familias a cuidar de aquellos otros que lo
necesiten.
He aquí pues
otra gran ventaja a favor de la familia respecto al conjunto de la sociedad,
sea ésta, nación, estado, patria o comunidad (que hay gente que hasta distingue
estas cosas).
Hay más
cuestiones que potencian la familia respecto a lo otro.
Por ejemplo, también
es refugio que permite protegerse si hay que dejar de ser descarriado. Te
garantizan el reparto del alimento si pasas hambre, e incluso, todo se
estructura para que las ventajas familiares superen a cualquier otro medio de liarse
unos con otros, y así, existen toda serie de ventajas económicas a
favor de esta estructura (tanto es así, que hasta los no casados pero sí
emparejados, reclaman vez tras vez esa equiparación en privilegios).
Lo
evidente de esto se percibe cuando se repara en que la gente recibe cantidad de
ayudas (dinero) en la medida en que es familiar de otro, y si no, nanay.
La
viuda o el viudo cobran pensión del muerto. Los hijos huérfanos reciben ayudas
por ser hijos de los padres desaparecidos (nunca por ser ciudadanos que no hay
que dejar morir de hambre) y así algunos casos más.
Como se
observa, hasta el menos espabilado ve un oasis en medio de la hostilidad
general.
Y todo el mundo identifica ese
oasis como un pequeño paraíso en medio del desierto.
Tal es la necesidad de
sexo, afecto y protección de cada individuo de la especie, que se agarra a la
familia como vía de salvación, considerando lo mejor del mundo lo que es un
mero espejismo.
Del libro LA ESTAFA SEXUAL de Paco Molina, que busca editorial desesperadamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario