Dijo el
propio Marx que le llamó la atención el hecho de que a pesar de los
descubrimientos de la ciencia, que permitían que el trabajo fuera menos duro,
que la producción de alimentos fuera más abundante y la salud mejorara, sin
embargo, las gentes cada vez vivían peor. Y que luego, a partir de esa
contradicción, estudiándola, elaboró sus conocidas tesis revolucionarias.
Algo similar
pasó por la cabeza de Agustín García Calvo, que intrigado por los problemas
corrientes, repara en un hecho incontrovertible: Que todas las parejas
discuten.
La paradoja
está en que quienes se unen porque se quieren, ya que mayor felicidad no puede
haber que el estar juntos, acaban a la greña cada dos por tres.
Y a partir
del estudio y el razonar sobre el tema saca su impresionante libro “Contra la
pareja” (Editorial Lucina).
Bueno, pues
aquí vamos a detectar algo también chocante, y luego razonaremos sobre ello
para buscarle una explicación; caiga quien caiga.
La
contradicción que se detecta es ésta:
Se nos dice
que la mejor estructura para vivir en sociedad es la pareja.
A esa unión
se llega tras un sofocón de enamoramiento, amor y sexo, que hace que los dos
tortolitos se busquen día y noche, y por eso deciden casarse. Para estar
siempre juntos, a todas horas y sin separarse.
Sin embargo
luego, para eso tan trascendental que es el entendimiento en lo sexual,
como bien dicen los gurús salva parejas, resulta que surge un gran
inconveniente: El tiempo-medio que tarda el macho-medio en alcanzar el orgasmo
es notablemente inferior que el tiempo-medio que tarda la mujer-media en lograr el mismo cielo.
Ese
inconveniente, ¿no resulta chocante que se dé en la estructura que se nos vende
como la mejor, la fetén y la más natural?
¿No es lógico
pensar que si así fuera, cuando el macho se pone tras-tras no debía la
mujer ir nada detrás, sea este tiempo para ambos o muy largo o muy corto o muy
mediano, pero análogo?
Es elemental
pensar que sí. Pero como no ocurre eso, lo que es ahora elemental es considerar
que algo raro se da en este asunto. Que alguna explicación debe tener que ellos
tarden poco y ellas tarden mucho (siempre utilizando aquí el poco y el mucho,
relativamente).
Y alguna
explicación ha de tener que se nos obligue a vivir en pareja a pesar de ese
desajuste.
Del libro LA ESTAFA
SEXUAL de Paco Molina, que busca editorial desesperadamente.
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