Libérate por
dentro (ya que de momento no se puede por fuera) y verás que aumenta tu
autoestima.
Hablamos de la que se produce al liberarse del pecado de los pecados
y llave de todos los demás.
Hablamos de no pensar que se es sucio, o canalla, o
vicioso u otras lindezas porque guste el placer que produce el sexo.
Así que si
así es tu caso, y lo es... ¡AUTOESTIMATE!.
Se defiende
en este libro algo bueno, liberador y estimulante.
Si se
garantiza la ración de sexo (abundante y variada, sana por tanto) la
gente no tendrá traumas, ni fantasmas, ni complejos.
Y conseguirlo
es fácil, porque llevamos cerca la solución, entre las piernas.
Feos, feas,
gordos, delgados, enfermizos, extrovertidos, tímidos, estos y los otros, todo
el mundo, en un mundo distinto, podrían estar y vivir situaciones de todo tipo
y con todos los tipos, y eso desde siempre y hasta siempre, y entonces verían
que esas condiciones físicas que nos crean
complejos y producen timidez, no iban a ser obstáculo para disfrutar de la
vida de verdad, con lo que dejarían de ser traumas.
¿Qué me importaría ser
más feo que Picio si voy a tener tanta vida sexual como el más bello que el
sol?
Nadie se
privaría de darse unos buenos lotes, en pareja, en grupo, en esto, en lo otro y
en lo de más allá.
Nadie se perdería lo que ahora echa en falta y por lo bajo
envidia.
Fuera traumas
de la cabeza de los hombres con eyaculación precoz. Ellos no son culpables de
nada. Ni están obligados a retener a una mujer toda la vida a su lado, ni a
renunciar a otras.
La estructura de pareja eterna va contra la
naturaleza y el correrse pronto no va contra nada, pues en el orgasmo hay
placer, sea rápido o lento.
Fuera también
la pérdida de autoestima de las mujeres-tortuga, que se llegan a considerar menos apasionadas que otras más
rápidas y más coitales, cuando simplemente, las lentas, son mujeres más
adecuadas para la tontería de la procreación, porque al tener más dificultad en
que les venga el orgasmo, si fueran libres buscarían a más hombres por
sesión y por tanto iban a multiplicar por 4, o 5 o 9 las probabilidades de
quedar en cinta (hoy en día, sin necesidad de quedarse, claro).
Otra cosa es
que obligadas a ser de un sólo hombre, que encima a lo peor nunca les convenció
mucho, jamás hayan visto atractivo esto del sexo e incluso lo hayan ido olvidando
(o lo que es peor, lo hayan enterrado bajo otras responsabilidades a las que
han sido sometidas, como sacar a los hijos adelante, ser la sombra
doméstica del marido y mil más).
DEl libro LA ESTAFA SEXUAL de Paco Molina, que busca editorial desesperadamente.
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