Empecemos por la
Movilidad.
El Plan de Movilidad
Urbana se ha convertido en motivo de disputa entre Gobierno y oposición
municipal.
Al parecer el
problema es que una ciudad debe calibrar sus ordenanzas y leyes, para que la
gente pueda aparcar, y si es posible pudiendo elegir entre parkings de pago
(subterráneos o la ORA) y gratuitos.
En Zamora el
problema se puede dar si el aparcar gratis se convierte en un verdadero
problema.
Pues bien, para aliviar
eso se propone:
1.-Aprovechar que la
travesía conocida como Cardenal Cisneros es propiedad del Ministerio de Fomento,
y que éste se la tiene que entregar al Ayuntamiento (dado que ya hay una circunvalación)
tal y como éste le proponga, para lo siguiente.
Que el Ayuntamiento
le pida al Ministerio que quite los andenes verdes, o medianeras con setos,
para ganar espacio y permitir, tras unir las calzadas, crear plazas de aparcamiento
en batería.
Desde las Tres
Cruces hasta el río, esto supondría 100 plazas nuevas. Casi nada.
A su vez, desde el
Alto de los Curas hasta el Cruce de la Avenida de Requejo con Cardenal Cisneros
(donde la gasolinera), el Ayuntamiento debería permitir aparcar en ambos lados.
Es verdad que tanto
en un caso como en el otro, lo propuesto haría que los coches circularan más
despacio en esos tramos, pero eso sería una ventaja añadida, a la de poder aparcar
mejor, pues es muy importante que los conductores, en cuanto pisen la ciudad
sean conscientes de que deben ir despacio y con cuidado.
El número de plazas de
aparcamiento en total, con ambas propuestas, no sería nada despreciable. Y
encima gratuitas.
Y vamos con lo de
Zamora Ciudad de Jubilados.
Actualmente, en
cuanto te descuidas, oyes eso de que Zamora se está convirtiendo en un geriátrico.
Pues bien, y
mientras la política general no trate de resolver el problema, lo oportuno es
convertir el defecto en virtud.
Y para ello se propone
que ahora, mediante una campaña en medios de difusión nacional, se ofrezca
Zamora (se venda) como ciudad ideal para que en ella vivan los jubilados.
En los anuncios, que
tendría que financiar el Ayuntamiento, se harían ver las ventajas del lugar, indicando
su buena comunicación por transporte público y privado con ciudades
importantes, el precio medio de alquileres y pisos en venta, etc.
Actualmente hay
muchos jubilados que han acabado su vida laboral en ciudades grandes,
agobiantes y caras para su pensión, a las que encima los afectados llegaron
forzados por la emigración interior.
Este tipo de personas,
pongamos 10 parejas por año, serían un soporte económico importante para la
ciudad (actualmente perdemos empadronados 500 anuales).
Porque, siendo verdad que el jubilado no
le da mucha alegría al dinero (que no tiene) no menos cierto es que supone un
foco de atracción de personas que le atiendan.
En todo caso, este
tipo de publicidad, aunque no diera resultado en cuanto a su fin principal, siempre
repercutiría como propaganda genérica sobre Zamora, por lo llamativa y curiosa.
Zamora, ¡¡lo que te
falta!!.
Paco
Molina. 16 de Septiembre del 2016.
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