miércoles, 28 de febrero de 2018

LOS JUBILADOS SON FUNCIONARIOS A TODOS LOS EFECTOS.


LOS  JUBILADOS  SON  FUNCIONARIOS  A  TODOS  LOS  EFECTOS.

Aquellas personas que trabajan para las administraciones públicas (para el Estado en cualquiera de sus formas) son denominadas  como empleados públicos.

Dentro de estos hay distintas variedades (funcionario, personal laboral, personal estatutario, etc.), pero en el saber popular todos están enclavados bajo el epígrafe de que son funcionarios.

Es decir si decimos funcionario es que estamos hablando de alguien que tiene el puesto de trabajo fijo (o muy fijo) y cobra del Estado (o de cualquiera de las administraciones públicas que lo conforman).

Dicho esto, fijémonos en otra cosa:

El Poder, los Poderosos (en términos modernos en España los accionistas y dueños del IBEX 35 -empresas más potentes del país-) sabe que es fundamental dividir al pueblo (“Divide y vencerás” dice el saber popular), y una forma que ha aplicado con gran acierto es la división entre trabajadores del sector privado y los del sector público.

Como consecuencia de ello se produce una rivalidad de los no funcionarios contra los funcionarios, que es fácil percibir en cualquier barra de bar.

Pues bien, sostengo que todo ciudadano es más o menos, funcionario del Estado por cuanto siempre hay algún momento en su vida en que recibe dinero del Estado para vivir.

Repasemos momentos de esos: Un becario, en la medida en que recibe dinero del Estado, es funcionario durante ese periodo. Lo mismo el parado. 
Y por supuesto también el jubilado.

Se puede hacer el malabarismo de decir que el funcionario es quien recibe dinero del estado y además trabaja para el estado, mientras que estos otros casos no cumplen este requisito.

Pero agarrarse a ese estrambote sólo conduce a consolidar el refrán de divide y vencerás.

Es evidente que quien recibe dinero del estado depende del estado y el que trabaje o no para él es una opción de su patrón (el Estado).

Para que se entienda mejor, los Consejeros de Caja España que permitieron refinanciaciones de deudas, ocultando al Banco de España el estado de la entidad, y que ahora alegan en su defensa que no sabían nada de la vida bancaria, no cabe duda de que eran trabajadores de Caja España, puesto que cobraban de Caja España, trabajaran o no, fueran altos cargos o trabajadores bajos.

Lo mismo que el Rey es funcionario del Estado (y la infanta también) en la medida en que cobra del estado.

Y ¿a dónde se quiere llegar con todo esto?

1º.- Cualquier persona, enclavada en una sociedad, tiene 3 etapas en su vida:

La de preparación para el trabajo (infancia y periodo de aprendizaje) que puede durar 25 años. La de trabajo, unos 40 años. Y la de reposo, de unos 20 años. (Suponiendo jubilaciones a los 65 y muertes a los 85).

2º.-Cualquier persona, cuando percibe dinero del Estado (sea de la Administración que sea, y lo sea directa o indirectamente) podemos (y debemos) definirla como un funcionario del Estado (trabaje o no para él).

Así, cuando alguien recibe una beca para estudiar está siendo un funcionario. Lo mismo que el trabajador que está en paro, si es que recibe un subsidio por desempleo, está siendo un funcionario a todos los efectos. 

  Se pueden ampliar los ejemplos a los campesinos cuando reciben ayudas contra las catástrofes e incluso a los accionistas de los bancos cuando éstos ( y por tanto ellos) son rescatados con el dinero de todos.

3º.-Por tanto, los jubilados que contribuyeron (y no contribuyeron) son funcionarios. O sea, personas que dependen del Estado en cuanto a sus ingresos.

4º.- Que los Poderosos y sus siervos, quieran definir de manera distinta a cada ciudadano según de dónde proceda el dinero que se le da, es una tomadura de pelo (Divide y vencerás).

Por un contrato social, ya antiguo, la última fase de la vida de un trabajador, se decidió equipararla con un merecido descanso, que consistía en que no tendría que trabajar para recibir un dinero (por parte del Estado) y que este dinero sería suficiente como para que el descanso lo fuera (sin angustias por lo tanto).

5º.- Que el Estado Español haya querido buscar el dinero para esa función a través de una cotización mensual de los trabajadores en activo y sus patrones, para poder pagar a los pasivos (:o que ya están jubilados), es su problema.

Pero no hay ninguna ley Divina, ni Natural, por la que los pensionistas tengan que vivir de ese dinero solamente.

6º.- En conclusión, si el Estado recauda de mil formas, y el que recibe dinero del Estado es un funcionario a efectos prácticos, no cabe que el Gobierno diga que cada funcionario es distinto según de donde proceda el dinero que le dan.

7º.- Siendo pues los jubilados funcionarios a todos los efectos, decir que no hay dinero para subirles el IPC anual (como mínimo) es estrambótico. 

Porque la vaca son los Presupuestos Generales del Estado, paste la vaquita en pleno campo o en los jardines del Palacio Real

Por cierto, sabía usted que cada año, 2.000 millones de euros, que se recaudan con el dinero de los trabajadores para los pensionistas, se usan para pagar a los funcionarios (de la Seguridad Social) que gestionan las pensiones. ¿Son pues estos trabajadores funcionarios o pensionistas?

8º.- Si los jubilados y las jubiladas son el colectivo más numeroso de la sociedad española (cerca de 10 millones) deben imponer su fuerza ya que es la fuerza la que hace las leyes en una democracia (e incluso en una dictadura).

Así que Señor Rajoy, si no hay dinero, lo pinta.

Paco Molina. Zamora. 28 de Febrero del 2018



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