“¿QUIÉN MANDA EN CASA?”

“¿QUIÉN MANDA EN CASA?”

Debate en el Club La Opinión de Zamora. 3 de Febrero de 1994 .

Tema del día: ¿Quién manda en casa?.

Mi opinión: No tengo ni idea.

Pero no sólo no tengo idea de quién manda en casa, sino que no tengo ni idea de por qué se ha recurrido a mi, por parte de La Opinión, para este debate:

Como profesor de Matemáticas no conozco ningún teorema que diga que son más poderosos los senos que los cosenos (ni lo contrario).

Como concejal no tengo ninguna ventaja, ni saber, para aventurar un juicio sobre quién manda en casa….salvo que se trate de la Casa Consistorial, en cuyo caso debo decir que allí “está mandando la ineficacia”,  y esperemos que acabe mandando el pueblo. (Así que barajen sus cartas antes de volverlas a dar).

Tampoco mi condición de divorciado (que vive sólo) me da ventajas para opinar.

Como digo, no entiendo cuál es mi utilidad aquí.

No obstante he aceptado por dos razones:

1.- No se decir que NO.

2.-Me encantan los retos, y este reto, en la medida en que es humo puro, permite especular con  él, sin miedo a hacer daño a nadie.

VIERTASE MI OPINIÓN PUES SOBRE “QUIÉN MANDA EN CASA”

Como dije, no tengo la más remota idea.

Y a partir pues de esta tierra yerma, que es mi cabeza, vamos a plantar, y ver si crece, la siguiente semilla:

En casa, como fuera de casa, debería mandar quien fuera más inteligente….

Si así fuera, fuera de casa mandaría el pueblo y dentro de casa mandaría la mujer.

(La esposa… claro…y se aclara el “claro”, porque he recibido mensajes…tras saberse que había aceptado este lio…en el sentido de que en casa manda la mujer: pero entendiendo por tal la hija más pequeña-tiranía de pequeñuelos---salvo, salvo que exista y conviva la suegra…. Nosotros nos referimos a la esposa –legal o no-).

En casa debería mandar el más inteligente (salvo caso de empate en inteligencia) o sea, la mujer.

Pero…¿ocurre eso?

Bueno, pues para contestar a esta pregunta tal vez deberíamos hacer una división a ciegas: y situar por un lado a las parejas (sinónimo de casa) que les va bien (o se soportan bien) en cuyo caso podemos decir que “en efecto ellas llevan los pantalones” (pero no por otra cosa que la de ser más capaces para todo, incluso para pensar y discurrir).

Y por otro lado tendremos el otro grupo, tal vez más numerosos, donde no manda el más inteligente sino que “en la casa” se reproduce (al no estar allí el amor para remediarlo) lo que ocurre en la sociedad.

Porque ¿qué ocurre en la sociedad? Manda la inteligencia?.

En absoluto, manda la violencia, nada la fuerza, la bruta o la del dinero (el poder).

Y la violencia y la fuerza, al mandar en la sociedad, hacen que se perpetúen las situaciones injustas (o que se inventen nuevas injusticias, como por ejemplo esta reforma laboral tan dañina para los que menos tienen ¡encima!)

Pero a parte de este ejemplo de injusticia, póngase otro para volver al tema que “tanto nos preocupa”.

Es la violencia la que gobierna la sociedad (o sea, impera la ley del más fuerte-fuerza física o económica-), y por ello, las mujeres en general, están postergadas, están tratadas con mala fe, para tenerlas en dominio, dominadas.

Véase si no cómo las mujeres no están en puesto directivos, ni de mando, en la misma cantidad que los hombres; cosa que únicamente puede deberse a que son menos inteligentes que el macho, o a que han estado y están discriminadas negativamente por la sociedad en su conjunto.

Y como no son menos inteligentes la respuesta es clara: han estado y están sometidas por la estructura social.

Entonces, lo mismo que en lo social, la mujer está aplastada en casa.

Al menos en muchas, en demasiadas…no manda ella.

Al contrario se la trata como a una esclava (ni siquiera como un objeto…qué más quisieran muchas casadas que ser tratadas “por su hombre” como éste trata a sus objetos …qué más quisieran que ser tratadas como..por ejemplo el coche.

No , no, ellas son tratadas con violencia: controlándoles el dinero, tildándolas de pécoras e incluso pegándolas..

El hecho de que sin solución de continuidad, un tipo de noticia, que es casi diaria, sea la muerte, por asesinato u homicidio, de mujeres por sus maridos, parejas o exconyuges, es el trozo, la punta del iceberg, que puede darnos la pista sobre quién y por qué manda en casa.

Y hablando de mandar, hay que mandar a paseo la violencia ¡rebelándose! Como ya lo hacen miles y millones de mujeres.

Por lo demás, para provocar, ya está bien………así que acabo, y ¡a mandar! Señoras.

Paco Molina. Zamora. 3 de Febrero de 1994