(Hablar de la libertad de los padres para elegir centro como si esa fuera una libertad necesaria es burlase de la gente)
Ahora no hay libertad.
Respecto al otro problema común
. Respecto a facilitar o favorecer o no dificultar la satisfacción del instinto de placer, bastaría con dar libertad (por fin la libertad).
Libertad (en cuanto al sexo) para pedir, otorgar o denegar, para solicitar o conceder, sin que nadie se sienta molesto, y acceder sin ofender, ni matar de celos, ni por celos, relajadamente. Sí, sería exactamente como hacen los animales.
Pero con la ventaja que nos debe dar el mayor desarrollo de nuestra inteligencia. Es decir, ésta estaría también al servicio de la satisfacción del Instinto de Placer, y no como ahora, que se ha convertido, por culpa de lo que ostentosamente llamamos Civilización, en nuestro cancerbero y carcelero, al servicio de la prohibición del poderoso.
Pero con la ventaja que nos debe dar el mayor desarrollo de nuestra inteligencia. Es decir, ésta estaría también al servicio de la satisfacción del Instinto de Placer, y no como ahora, que se ha convertido, por culpa de lo que ostentosamente llamamos Civilización, en nuestro cancerbero y carcelero, al servicio de la prohibición del poderoso.
Es este tema tan sencillo y tan peliagudo de resolver como el otro.
Sencillo porque bastaría con romper las cadenas del miedo a ser libres y probar algo distinto, y peliagudo porque de nuevo nuestra inteligencia demuestra que no es para tanto.
Del libro LA ESTAFA SEXUAL de Paco Molina
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