martes, 1 de noviembre de 2011

Los jefes nos engañan



Moraleja de la igualdad.

No es cosa nimia aceptar que somos iguales, porque, si se asimila bien debemos ser intolerantes (sin violencia física) con las situaciones que marcan diferencias. 

Y se debe también aceptar que nuestra vida consiste en satisfacer los instintos de conservación y placer sexual. 


Que lo demás son cuentos (peor o mejor contados) .


Y, la verdad, puestos todos a ello, invirtiendo todas nuestras energías para lograrlo, ya estaría felizmente resuelto el problema.

Incluso, aunque es evidente que habría también que trabajar, lo cierto es que fuera corta o larga la vida, se habría vivido entre placeres, cariños y solidaridad sin fin y sin trampas.


Pero hemos elegido el camino de los menos inteligentes, los jefes, es decir de los, paradójicamente para ellos, más animales, y por tanto menos divinos. 

Sirva de consuelo transitorio el que ellos mismos demuestran mejor que nadie que sólo somos animales... y encima, privados de los instintos básicos.



Que no se sientan ofendidos los creyentes. 

¿De qué se les podría culpar si cuanto más buenazos más fáciles son de engatusar? 


En el fondo, todos somos inocentes en la medida en que todos estamos siendo estafados. 


Utilizándose además, contra todos, el miedo como arma del chantaje (“Si crees, y haces lo que yo digo, nada has de temer”,

dice el Poder). 

Sólo con el miedo, al presunto caos y al futuro, doblegan el pensamiento del pueblo, que prefiere, por tanto, no pensar ¡para no meterse en líos!. 


¡Ay¡ si a las gentes las hubieran dejado discurrir en libertad.



FASES DEL AMOR


1ª. Te susurran......................... «ERES DIFERENTE»


2ª. Te dicen............................ «ERES COMO TODOS»

3ª. Te gritan............. «ERES PEOR QUE NINGUNO.


Del libro LA ESTAFA SEXUAL de Paco Molina

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