viernes, 18 de noviembre de 2011

Los promiscuos estamos aún en el armario



Todos estamos en el armario.


Se utiliza en España la expresión salir del armario para los casos en que una persona confiesa que tiene problemas sociales porque es homosexual (gay o lesbiana) y no se atrevía a decirlo.


Habiendo sido esas tendencias más brutalmente reprimidas que las heterosexuales (a las que al fin y al cabo se les abría, sobre todo a los hombres, las espitas de la pareja y la prostitución) es por lo que debían esconder sus deseos (en el armario) y esconderse ellos tras ellos, también en él.


Sin embargo, todas las políticas han sido represivas en lo sexual; luego no vale consolarse con el hecho de que ya puedan salir del armario los hasta ahora más perseguidos, porque de lo que se 
trata es de alcanzar una libertad que permita salir del armario a todo el mundo, ya que todo el mundo está en su propio armario




. Sí, porque todo el mundo está encerrado, agazapado y avergonzado dentro del armario; porque nadie quiere confesar (ni confesarse en casos) que es promiscuo o promiscua (aunque no ejerza), que es alguien que tiene fantasías y que le gustaría convertirlas en realidad; en definitiva, que está en el armario, porque en cuanto a sexo, necesita más de lo que le permiten la moral y las buenas costumbres.


Salir del armario es hartarse de la represión y de la auto-represión, y tras la confesión, estar dispuestos a plantar cara y a ser más libres. 

Lo suficiente como para decir lo que se quiere, al margen de que sea harto difícil el conseguirlo.


Más nos valdría a todos salir del armario y confesar que queremos más y más.


En cantidad y en calidad. En variedad y en actividad. En viendo y en haciendo. En la juventud y en la vejez. En la salud y en la enfermedad.


Aunque tampoco es necesario salir del armario para vernos a la luz, porque cada uno sabe de sobra cómo son los demás, si es que sabe cómo es él, lo reconoce y no se asusta (o no se asusta tanto como para negar esa verdad, la verdad).



“Todo político experimenta un empuje hacia arriba equivalente

a su grado de comunión con el pensamiento único".


Del libro LA ESTAFA SEXUAL de Paco Molina

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