LA
BANCA JUEGA Y GANA
El culpable de que un préstamo no se devuelva
siempre es el prestamista. Y si el préstamo es un préstamo con intereses con
mayor motivo.
Lo que se defiende
aquí es que cuando en un préstamo el que recibió el dinero no paga no significa
que él tenga la culpa, el verdadero culpable del fracaso de ese préstamo es quien aceptó prestar el dinero.
Para defender esta
tesis debemos ponernos de acuerdo en qué cosa es “que fracase un préstamo”.
Para eso podemos
usar el préstamo más bondadoso que existe. El de los padres que avalan
(préstamo indirecto) a un hijo. En este caso, indudablemente, lo que se
pretende es que el hijo pague sus deudas y todo acabe bien, luego si así no
ocurre es porque se avaló un proyecto equivocado. Pero los padres, ofuscados por el cariño al
hijo, no repararon en que la historia podía acabar mal y pierden el dinero
prestado por su propia culpa, no por culpa del hijo que a lo mejor no debió de ser
atendido. Pero claro el amor “paterno filial” es mucho amor.
Pero pasemos
ahora a estudiar el caso de los
préstamos bancarios para que se haga más evidente que si uno falla es por culpa
del que dejó el dinero y no por culpa del que no puede devolverlo.
Empecemos por
recordar una evidencia: Quien pide un préstamo piensa que realmente va a poder
devolverlo, de lo contrario, no lo pediría. Y si usted está pensando en que hay
timadores que piden prestado para no devolverlo, más a favor de nuestro
razonamiento de que el culpable es quien presta, porque es obligación de cada cual
desconfiar y en caso de duda atreverse a quedar mal, porque si caes en una
trampa la culpa es tuya por débil.
Y centrémonos en la
banca. Cuando un particular le solicita a una entidad financiera un préstamos
esta hace esto: i) Pide prestado dinero al banco de España para poder prestar
al particular. Y supongamos que al banco le prestan ese dinero al “x” %. ii) A
continuación el banco piensa en cuánto quiere ganar en la operación. Supongamos
que quiere ganar un “y” %. iii) Acto seguido el banco mira sus estudios sobre
préstamos, y si esos datos le dicen que de cada 100 préstamos hay “z” que no se
devuelven, apunta ese “z” % para cobrárselo al cliente.
En definitiva según
sus concienzudos cálculos el banco le prestara al cliente el dinero al (x+y+z)
por ciento.
Por si a usted no le
gustan las letras se lo contamos más numéricamente. Usted quiere que le presten
50.000 €.Pues bien el banco se los pide al banco España (o al europeo) que se
los presta al 2 %.
Pero caro si se los
deja a usted al 2% no gana nada, y entonces le añade lo que pretende ganar, por
ejemplo un 6% .
Esto supone que si
le deja a usted el dinero al 8 % (la suma de 2+6) gana un 6 % sin comerlo ni
beber. Eso sí, siempre que usted lo devuelva.
Pero ¿quién le
garantiza al banco que usted es un mirlo blanco?. Nadie, y por eso hace esta
última operación. Dice, ¿cuántos préstamos no me han devuelto en los últimos
tiempos? ¿El 8 %? .Pues el 8 % le subo el préstamo a todos para que así “los
que pagan paguen por los que no pagan”.
Es decir a usted le
prestará los 50.000 € al (2+6+8) %, o sea al 16 %. Con lo cual el Banco tiene para
devolver los intereses al banco de España, para ganar su 6 % y para cubrir los
descubiertos del tanto por ciento de clientes que no van a poder pagar según
las estadísticas.
Vemos pues que
estamos ante un método científico que si falla no es por culpa de quien no
paga, sino por culpa de los científicos del banco.
Por tanto si el
banco entra en bancarrota por culpa de sus estudios “científico-egoístas” no
puede cargar a la sociedad sus errores, lo mismo que el dueño de la mercería de
mi barrio no me puede cargar a mí, ni a usted por supuesto que ni siquiera vive
en el barrio, la deuda que haya
contraído por sus malos cálculos.
Todo esto es el
método que utiliza la banca para préstamos personales. Pero para préstamos
hipotecarios, es decir los que origina una hipoteca, el asunto todavía es más
científicamente egoísta a favor del banco porque todos, todos, tienen que
pagar, además de lo ya dicho, devolviendo el piso si no cumplen.
Por eso no se
entiende la crueldad de que encima el banco quiera que se siga pagando la deuda
aún después de haber devuelto el piso.
Si el banco tiene
pérdidas es por su culpa y su única
culpa. No por culpa del hipotecado que, qué más quisiera que poder pagar. Y si
el banco hizo mal los estudios es como quien entra en una curva a más velocidad
que la debida, si se mata no puede pretender que la sociedad le pague el
entierro.
Añádase a esto que los dos bancos buenos dicen
haber ganado en lo que va de año más de 3.000 M€ cada uno. ¿No es cruel echar a
la gente a la calle ganando eso?.
Paco Molina. Oviedo. 13 de Noviembre del 2013
Paco Molina. Oviedo. 13 de Noviembre del 2013
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