n En una
sociedad donde cada vez hay más colectivos que son arrojados por la
borda (reconversiones, flexibilizaciones de plantilla, reestructuraciones de
presupuestos de la Seguridad Social, etc.) los comunistas han de estar a su
lado.
n En una sociedad donde cada vez hay más
miedo a la guerra y más valor para repudiarla, hay que ser valientes y
plantarle cara al poder fáctico que vive de ordeñar la vaca del armamentismo y
los conflictos militares, el poder fáctico que justifica la estúpida carrera de
armamentos a base de comerciar con la muerte de los demás.
n Etc. etc.etc., pero siempre de forma
que donde haya que defender al pueblo, ahí estén los comunistas
n (Por cierto el término “pueblo” se está
usando siempre para denominar a aquel sector social que no tiene poder de
decisión, ni constituye ningún poder fáctico, ni puede practicar la fuga de
capitales en caso de que se aplique una política que no le guste).
n Pero además, para ganar la batalla por recuperar
la buena imagen del 1917 hay que apostar fuerte, por eso hay que casar nuestro nombre
a una palabra tranquila. Hay que apostar por el ALEGRECOMUNISMO.
n Si luchas por lo justo, si te equivocas
por haber dicho la verdad, si respetas a tus compañeros de trinchera, si puedes
aceptar la sonrisa de alguien que agradece que estés allí junto a ellos, porque
además eres uno de ellas, sólo puedes sentir dentro de ti alegría, luego, por qué
avergonzarnos de las palabras bellas. ¡Avanti el alegrecomunismo!
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