domingo, 3 de enero de 2016

CACIQUES SIN FRONTERAS

CACIQUES SIN FRONTERAS

El juicio contra Antolín Martín Martín tras denuncia del Alcalde de Zamora tiene varias curiosidades.

La primera es que Antonio Vázquez le demanda porque se considera ultrajado y para reponer su pérdida de imagen pide que le indemnice con 10 millones de pesetas, y sin embargo todavía no ha dicho esa bobadiña que dicen todos los demandantes, de que el dinero no lo pide para él, y que si gana el juicio lo donará a una ONG.

Tal vez sea que los necesita para lavar su honor (diez millones lavan mejor que la lejía), o que está dudando entre dárselo a los pobres, o hacer un paso de Semana Santa que le perpetúe, e incluso pudiera estar pensando en dárselos a su hermano.

Sí, porque el asunto es así de simple. La Unión Centrista decide presentarse a las últimas elecciones municipales y lleva al "acusador del caso Zamora contra el PP", Antolín, de número uno.

Alguien en ese grupo tiene la genial idea de traducir al comic lo que había sido la comidilla de los últimos meses.

Resulta que como aquí se subvenciona todo (quien no sea un funcionario vía subvención que tire la primera piedra) el hermano del alcalde y un cuñado de un concejal, también del PP montan una empresa y zas, se llevan los millones de turno. Tras votación en la que interviene el concejal cuñado, y tras ratificación del alcalde, a pesar del escándalo.

La viñeta bordando la calidad artística de un genio sin ingenio ponía al alcalde metiendo la mano en la caja fuerte del Ayuntamiento, y dándole a su hermano la pasta gansa.

Así nos contaban los de la Unión Centrista que el alcalde era un mal bicho y que donde estuvieran ellos pues eso era cosa buena.

Todo esto ocurría en plena campaña electoral.

Como Antolín se sentía querido por ese partido al que no pertenecía, pues lo había puesto de líder, se puso a repartir la hoja parroquial de su grupo con entusiasmo, junto con otras decenas de personas.

Pero el alcalde de entonces, y de ahora, solo tuvo ojos para ver a Martín Martín y le envió un notario para ver si le daba una de las obras de arte que repartían (estaban tan orgullosos del hallazgo gráfico que una de las repartidoras me dijo ¡como no se te ocurrió a ti!).

Se la dio. Y se la dieron, porque el calvario de Antolín es tal que puede acabar llamándose en vez de Antolín Martín Martín algo así como Antolín Mártir Martín.

Repásese su Vía Crucis: Una vez que dice "mi reino no es del PP" le denuncian, los del PP, por no custodiar como Dios manda un papel de la Diputación.

Perdió ese juicio y es condenado (de hecho ha tenido que dejar de ser concejal).

Lo curioso es que el principal testigo de cargo declaró que el propio Martin ocultó tal documento, según le dijo, “para proteger al partido, el PP”.

Toma castaña. ¿No sería entonces lógico que condenaran al PP?

Si, porque Antolín está también procesado por el "caso Zamora" (el cazador cazado) y si vuelve a ser condenado o bien por la bobada de la viñeta o por otra cuestión puede acabar con sus huesos en la cárcel.

Y todo esto cuando pudiera ser que los del “caso Zamora", el "caso Gescartera", el "caso Formentera", el "caso de la Pera", se queden libres y con el botín.

Conozco a Antolín desde la adolescencia y aun así metió la pata de la siguiente forma.

Cuando en nombre de IU fui diputado provincial quiso quitarnos los derechos que hasta entonces tuvo todo grupo (derecho a despacho y personal de con-fianza).

Eso originó un encierro por mi parte para recuperar tales derechos.

Pues bien, estando encerrado, dio orden de que se me mantuviera incomunicado (sin acceso a los teléfonos).

Cuento esto para que se vea que todas las veces que metió la pata fue para ayudar a su partido, en su caso al PP, y en la tontería de la viñeta, a la Unión Centrista.

¿Por qué el alcalde denunció a Antolín y no a la Unión Centrista? ¿Sabía ya que la Unión Centrista se iba a pasar prácticamente toda al PP como de derecho ha ocurrido (caso del alcalde de Toro) y de hecho también (caso de la diputada provincial que todo lo vota con Pilar Álvarez)?

Y encima el Alcalde de Zamora sin decirnos qué va a hacer con los diez millones, que le pueden tocar en esta primitiva porque no me digan que todo esto no es primitivo.


FRANCISCO MOLINA. La Opinión de Zamora. Año 2.000. Imperecedero

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