OTRA
ESTAFA
Lo cierto es que la
Dirección —la Monarquía y la Aristocracia—del PSOE, están haciendo sufrir a sus
afiliados y votantes toda serie de humillaciones.
Se supone que los
negocietes de Juan Guerra les desconcertarían, los fraudes del Gobernador del
Banco de España les abrumarían, los timos de la directores del BOE les dolerían,
los negocios del cuñado del Presidente les pondrían colorados, los hurtos del
jefe de la Guardia Civil les abochornarían, los apaños del presidente de
Navarra les enfurecerían, los cobros de comisiones ilegales a banqueros y
grandes empresas a cambio de ayudarles (¡la derecha en estado puro!) les
afilesarían, las exaltaciones al mando del cuartel de Intchaurrondo les aturdirían,
el regalo de joyitas de un ministro les haría querer ser tragados por la tierra
y la actitud miedica de su jefazo dejando vendido a Barrionuevo y éste a todos
sus subordinados, sin tener el menor gramo de gallardía para apechar con lo que
se hace si es que se considera noble y justo (que no lo es; pero que tampoco parecen
creer ellos que lo sea); pues esto último, es de suponer, que les tiene en
plena perplejidad.
Muchas cosas malas
ha traído la Monarquía y la Aristocracia del PSOE para la izquierda.
Sin embargo, para la
derecha, todo lo que han hecho ha sido bueno: para la derecha económica ha
barrido Felipe González en dinero contante y sonante (jamás han estado más
felices banqueros y grandes empresarios; bastaba pagar una comisión secreta y ¡al
negocio!), y también ha barrido a base de leyes que dejan a los trabajadores
vendidos ante el Capital.
Y no digamos nada de
lo fenomenal que ha sido todo lo hecho por González a favor de la derecha política:
tras apoyar sin desmayo a las derechas periféricas (Arzallus, Pujol) encima le
deja el camino de la victoria expedito a la derecha social, hasta tal punto que
hay gente que va a cambiar su voto directamente del PSOE al PP. ¡Se dice bien!
Si habrá llegado a
cotas de humillación el trato de la aristocracia del PSOE contra los suyos que,
en Zamora, y sin venir a cuento (salvo que algún día se escriba el cuento) han
consentido la burla de que uno de los suyos fuera desplazado por un tránsfuga-de-otro-partido
(que no independiente) en las listas al Ayuntamiento de Zamora, y, ahora, visto
que no ganaron, la aristocracia del PSOE, junto con el tránsfuga (rey de la
selva política), ponen en marcha una bochornosa actuación de "transfuguismo-consentido"
(y eso que Felipe prometía medidas para luchar contra esas conductas), para
potenciar un grupo político fantasmagórico (operación que realiza el felipismo
en todas las elecciones —antes fue Carrillo— con ánimo de, haciendo trampas,
ganar las elecciones).
Pero lo lamentable
no es la trampa en sí, lo lamentable es que se haya humillado de nuevo a los
militantes de base: pues no otra cosa que bochorno les tiene que dar, el ver
que alguien les deja tirado, abandonando el grupo, y encima los jefes le dejan
escoger turno para las intervenciones (en otras cuestiones) en el mismo Pleno
en el que se iba a largar.
Felipe González ha
transformado este país en un país tan de derechas tan de derechas, que a pesar
de que las derechas se presentan divididas (cuatro derechas cuatro:
PP-PSOE-CiU-PNV) va a ganar una de ellos (si será de derechas el PSOE-felipista
que hasta EE UU ha buscado en sus filas —las del PSOE— al jefe del ejercito más
de derechas que cabe imaginar ¡la OTAN !).
Ante este panorama
las izquierdas o se hacen todas tránsfugas y se transfugan a Portugal, o se
empieza la reconquista desde las montañas de la Solidaridad y la honradez política.
FRANCISCO
MOLINA. La Opinión de Zamora. Años 90 del Siglo XX. Imperecedero
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