EN
ZAMORA, REALTAS
Lo cierto es que si
se contabiliza el número de meses al año en que hay rebajas, se ve que estos
superan a los otros en los que no hay
Según esto, el
periodo normal o tiempo ordinario sería el de rebajas, y el anormal o
extraordinario, sería el otro.
De esto se deduce
que lo que habría que anunciar a bombo y platillo es la llegada de las realzas
o realtas.
Pero no es de esta
teología sobre la que se quiere provocar la discusión.
Queremos hablar de
algo chocante en Zamora.
Resulta que aunque
el bullicio en las calles es total, corriendo las buenas gentes de tienda en
comercio y de comercio en franquicia: comprando bueno y barato, cosas de Zamora
y del extranjero, y celebrando los empresarios con toda la familia lo bien que
ha ido la caja.
Resulta, decimos,
que a pesar de esto, de que el cliente es más feliz comprando barato y el
empresario es más rico vendiendo con menos margen porque vende mucho; resulta
que hay por las calles de Zamora unas cuantas familias que están tristes a más
no poder.
Son las de esos
personajes que nos dicen que para Zamora es bueno que las obras de la Diputación
y el Ayuntamiento sean lo más caras posibles y otorgadas a empresas de aquí.
Estos personajes han
prohibido, se supone, a sus seres queridos, ir de rebajas. Argumentarán se
supone, que por el bien de los trabajadores ( dependientes y dependientas) lo
mejor sería que se compraran solo quesos de Zamora, vinos de Zamora, chaquetas
de Zamora, zapatos de Zamora, y que encima, se pagara por todos esos productos más
de lo que valen porque así: al ganar más el empresario pagaría mas a los
trabajadores.
Según estos
personajes citados, en vez de rebajas, en Zamora debía haber realtas.
Las gentes al llegar
a un comercio dirían "¿Cuánto quiere que le pague de más, por el bien de
Zamora?" "Pues no se. ¿Ta1 vez un 20%?"
"De
acuerdo".
Todo florecería, se
harían menos obras, pero habría más beneficio, dicen ellos. Podrían así pagar más
a sus empleados, y estos, al tener más dinero (lo mismo que sus patronos) podrían
comprar todo en las celebres realtas de Zamora.
Que por una limpieza
de boca te cobran 5.000 pesetas, pues le das 6.000 al dentista si es de Zamora,
y no sólo quedas como un señor, sino que al tener más beneficio el señor, a la
siguiente visita te abrirían la puerta dos personas (creación evidente de
puestos de trabajo).
"Me cachis en
la mar", como no comprenderemos a estos personajes que no tienen precio.
FRANCISCO
MOLINA. La Opinión de Zamora. 7 de Febrero de 1999. Imperecedero
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