SALGO
DEL ARMARIO
Se dice que Fulanito
de Tal ha “salido del armario” cuando algún famoso declara públicamente que es
homosexual.
Algo similar ocurre
con la conocida Menganita de Cual si dice que es lesbiana.
La tensión de la noticia
y la trascendencia del armario del que se sale se convierte en "alta tensión",
si el "salido" (del armario) resulta tener que ser lo contrario de lo
que es.
Así lo hemos visto
con la salida de un cura, hace poco, y la de un militar hace algo más.
Todo esto se debe a
que si a alguien le gustan cuerpos del mismo sexo que el suyo, eso estaba muy
mal visto.
Ya saben ustedes, lo
de que si eso va contra natura (como si el celibato o el estar toda la vida con
la misma persona y ¡siéndole fiel!, fuera a favor de natura), que si eso es
mucho pecado (como si matar no lo fuera), que si menuda perversión (como si
pagar cien euros por un vino no lo fuera y gorda), que si patatín que si patatán.
Pero bueno, gracias
al demonio, todo esto se va superando y va cambiando a marchas forzadas.
Sin embargo no deja
de sorprender alguna cosilla. Por ejemplo, llama la atención que quienes son
homosexuales (gays y lesbianas) sean unos santos (y santas) en esto del sexo,
pues si les creemos, resulta que sí, que les gusta un cuerpo como el de ellos, ¡pero
solo uno!
Es decir, al
parecer, se pirran por alguien y ya está.
O sea, que son unos
y unas benditas. No solo porque no sean malos, que también, sino porque son
Buenos.
Pues ¿qué quieres
que te diga? Ah, ¿quieres que te diga eso? Pues te lo digo.
A mí me parece que
en esto del sexo todos y todas somos iguales, unos salidos (y no precisamente
del armario).
Y tan salidos (no en
vano la especie humana cuenta con el privilegio de que nunca está en celo, en
el sentido de que siempre está en celo) y tan salidos están los humanos, decíamos,
que precisamente por eso estamos asustados de nosotros mismos y por ello todos
y todas nos hemos encerrado en armarios.
No sólo los
homosexuales y lesbianas están en un armario, menos bobadas.
Aquí está en un armario
hasta el más pintado (y no te digo nada la más pintada).
Sera un armario normal,
o de matrimonio o con luna, pero aquí se miente como bellacos (y bellacas).
Hay armarios para
todos los gustos y por eso las personas parecen distintas (y "distontas"),
porque cada cual cree que su armario es el ideal.
Pero dentro del
armatoste, ni oste ni moste. Todos y todas igualitos. Con más o menos apetito,
pero todos con hambre. ¡Sobre todo a las horas de comer!
Y en cuanto nos
parece que no nos oye nadie, cogemos la llave y salimos del armario.
Ejemplo: las páginas
de Internet, que por lo oído, las visitan cada vez mas y mas millones de personas.
Hablamos de las páginas sucias, claro.
Así que, voy a salir
del armario, y a ver si alguien me sigue, y acabamos con el negocio de los que
van contranatura persiguiendo lo que natura procura.
Porque, todos somos
iguales (ni engañes, ni te engañes, ni que te engañen).
Aunque haya quienes se
han adaptado tanto al armario que se han convertido en perchas.
Yo salgo del armario
y digo que me gustan muchas más de lo que permite la ley del amor.
Yo salgo del armario
y digo que también me gusta el amor (eso de que una te guste sobre todas), pero
eso porque, si estás enamorado y te corresponden, las mismas cosillas saben más
riquillas (digamos que el sentimiento es la pimienta de la misma
"condimenta").
Sigo saliendo del
armario y añado que me gustaría verlo todo. Y participar en la mitad. Y disfrutar
en la mitad de la mitad. Y entusiasmarme con la mitad de la mitad de la mitad.
Y dejar la ópera por la mitad de la mitad de la mitad de la mitad. Y dejar la
cultura-intelectual por la mitad de la mitad de la mitad de la mitad de la
mitad. Y perderme el partido del siglo por la mitad de la mitad etc.
Pero, ¿qué te voy a
decir yo a ti?
Aunque, seguro que
piensas y ¿de qué sirve salir del armario en Zamora, si toda ella es un armario?
Y encima empotrado.
Vale, pero no uses
un armario de tres cuerpos. ¡Eso es trampa!
FRANCISCO
MOLINA. La Opinión de Zamora. Imperecedero
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