“Z” DE ZAMORA
Ahora que han maquillado
la falsa fachada conocida por Las Arcadas, en la plaza de Viriato, tal vez sea
bueno sacar a colación un tema vidrioso.
Vidrioso porque si
Las Arcadas son la horterada mayor de la provincia (lo que se dice en aras de
la verdad y porque son de la Diputación provincial) resulta que el edificio de
oficinas que ahí se va a construir, si nadie lo remedia, es bastante peligroso
estéticamente.
Conviene recordar que
hubo un concurso de ideas, en el que el común de los mortales no pudieron dar
las suyas, y así, resulta que el que ha ganado produce temor el verlo, porque
salvo que luego se produzca un milagro, da la sensación de que allí no pega ni
con cola.
Es cerrado como el
exterior de unos grandes almacenes y eso asusta al más pintado.
Sólo hay un rayo de
esperanza, que los expertos en arquitectura que participaron en la selección
sean capaces de ver en los planos lo que no somos capaces de ver el común de
los mortales.
En todo caso lo que
está claro es que quienes han tenido el poder de elegir han decidido jugársela
a una carta, pero a una carta que se parece mucho a las cartas que últimamente
eligen, como por ejemplo el Museo Etnográfico, que también parece un bunker, o
el Museo Provincial, que ríete tú de su aspecto de cemento armado y bien
armado.
Y eso es lamentable
si el invento no funciona, porque la plaza de Viriato puede verse acompañada de
una fachada que le quede como “a un Cristo dos pistolas", en el decir
popular.
Como así lo dice la
poca gente que conoce el proyecto ganador.
Sin embargo, dentro
de esa exposición de proyectos había y hay uno, que debió de ser el elegido. Se
trata de un edificio en forma de Z.
No recuerdo si de
tres o cuatro plantas, pero en forma de Z mayúscula, esbelta y rumbosa.
Es evidente que los
de la idea escogieron esa letra por su vinculación manifiesta con nuestra
provincia y ciudad. La inicial del nombre.
No cabe duda tampoco
de que si no se escogió tal proyecto ha sido por miedo a salirse de lo clásico
(sin olvidar que hay dos formas de lo clásico, lo "clásico-clásico" y
lo "clásico modernito", que no deja de ser tópico aunque desentone).
Y claro tener miedo
a la hora de elegir, pero elegir aparentando no tener miedo, lleva al bodrio de
lo que no es ni chicha ni limoná.
Se tenía que haber
elegido o elegirlo si se está a tiempo, el edificio en forma de Z, porque aunque
de entrada la sorpresa y el desconcierto fueran mayúscula y mayúsculo, al final
lo que se lograba seria, en la plaza que da entrada a la Zamora monumental,
presentar al visitante un edificio que a la vez sería una escultura gigante, un
emblema de la ciudad curiosamente atractivo y sobre todo, todo un futuro símbolo.
Es decir, tal
edificio, aparte de resolver el problema de las oficinas de la Diputación y de
cómo cerrar la plaza, lo hará convirtiéndose en el edificio insignia de la ciudad,
en ese símbolo que luego corre de boca en boca divulgando el producto, y que
sirve para difundir Zamora, para dar que hablar y atraer visitantes, para ser
visto y quedarse asombrado y cautivado como cautivan esas cosas que no sabes,
si si o si no, pero que tienen algo.
Con ese edificio Zamora tendría algo tan
propio, genuino y explicito (Z de Zamora) que pasaría a engrosar la lista, por
lo demás pequeña, de ciudades reconocidas por su arquitectura singular: Torre
Eiffel de... Paris; Torre Inclinada de... Pisa; Estatua de la Libertad de...
NY; Giralda de... Sevilla; Atomium de... Bruselas: El Edificio en Z de...
Zamora.
Puestos a jugársela;
entre que en las Arcadas aparezca una fachada facha o un edificio especial,
valiente, llamativo, original, propio y único, hay que apostar por este de la
Z.
La Diputación debería
de reabrir el debate sobre la cuestión y centrar tal debate para que la gente elija entre el
"elegido”- por los que saben y el de la forma de Z.
Incluso, existiendo
como existe la posibilidad de la Realidad Virtual, en la exposición para elegir
entre los dos en cuestión deberían hacer ver a las gentes de aquí, como va a
quedar uno y otro en dicha plaza.
Apostar por la Z es
fuerte, pero se ganaría la partida.
Sólo con poner la
primera piedra ya seria Zamora conocida en todo el mundo.
FRANCISCO
MOLINA. La Opinión de Zamora. 27 de Agosto del 2001. Pasados diez años puede
ver aquel proyecto y me defraudó absolutamente pues la Z era curva e inconsistente
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