EVALÚA
A TU TÍA
CONVIENE que la
sociedad sepa que la Logse (la Reforma Educativa) también es una mentira del
PSOE.
El problema que
tienen las familias es que a sus hijos les suspenden mucho y que, algo pasa,
pero al final tienen que pagar un profesor particular para que el desastre no
sea aún mayor.
Esto es el fracaso
escolar.
Pues bien, la Logse
no se preocupa de resolver esto de forma global.
Al contrario, cree
que el mal proviene por un lado del profesorado (que no está formado, que no
sabe trabajar, que es un vago, como dice el Gobierno) y por otro del propio
alumno que no esta orientado (introduce pues la ley los Equipos de Orientación).
Convencido el poder
(o mejor dicho, tratándonos de convencer) de eso, ha introducido en escuelas e
institutos una sarta de ridiculeces que a la vuelta de unos años van a ser la
cuchufleta general.
Lo lamentable es que
no han hecho nada para resolver "el fracaso escolar".
Cabe preguntarse por
qué la Logse no ha sido combatida con más decisión: y sólo hay una explicación
aceptable: con el nuevo sistema de enseñanza los hijos y las hijas de todos van
a recibir educación obligatoria y gratuita dos años más que antes, y eso
socialmente es algo destacable.
Aún así, puestos a
modificar la duración de los estudios, han metido la pata. Ejemplo: al acabar
los estudios obligatorios (a los 16 años) los padres ven ante sí una FP de año
y pico o más, y un Bachillerato de dos años.
Ante esto, no lo
duden, prefieren jugársela a que sus hijos hagan el Bachillerato (malo será que
no lo terminen en tres años, piensan) antes que una FP.
Porque el
desprestigio de la FP no viene de los estudios actuales, viene de que "con
esos estudios se gana menos dinero o menos prestigio social que con los
otros", y en general y en consecuencia, no se eligen de entrada por vocación
sino por rebote.
Consecuencia, el
Gobierno lloriquea porque no se les está apuntando nadie a FP.
Con lo fácil que
hubiera sido hacer un bachillerato con un curso mas (hasta los 19 años) y
quitando la selectividad.
Pero lo peor no se llama
Logse, lo peor se llama Ley Pertierra o Ley de Ordenación, Evaluación y
Participación de los Centros.
Y es lo peor, y
conviene que lo sepa la sociedad, porque va a introducir en el ambiente una
atmósfera irrespirable, que unida a que no se ha resuelto nada en favor de los
alumnos, va a condicionar (estropeándolo) todo clima de armonía en el mundillo
docente.
La llaman de
Ordenación, pero deben llamarla de “militarización".
A los inspectores se
les tratará según su afinidad (sistema de selección y de premios) para
"por tentación” (es difícil renunciar a la pasta) conseguir que se
conviertan en "negreros".
A los directores (para
que sean como la Administración quiere) se les "pondrá un piso", con
lo cual, por vía de la "compra-venta" acabaran adquiriendo vocación
de capataces.
Y el resto del
profesorado, ya se sabe, quien se queda para dar clase... es el último mono.
La llaman de
Participación, porque resulta que como nadie participa (ni padres, ni alumnos,
ni profes) en la democracia actual, ya que no sirve para nada (no hacen caso
las autoridades al Consejo Escolar) pues tienen que decir cuatro tonterías
sobre el tema.
Pero aún queda lo
peor, lo indignante. La llaman de Evaluación porque quieren introducir (los
hijos pródigos del capital, el PSOE) la competitividad en la enseñanza.
Es elemental que si
un funcionario no cumple debe ser sancionado. Eso no lo discute nadie y eso ya
existe, y si no funciona no es por culpa del profesional.
Por tanto cuando se
legisla sobre lo que ya existe hay que ver "por dónde van los tiros".
Y los tiros van
porque pretenden una vigilancia sobre el profesorado, uno a uno, que será evaluado
(o sea clasificado).
¿Cómo? No lo saben
ni ellos, pero conociéndolos, pues a lo mejor pagando a un alumno con fondos
reservados.
El que un profesor
que no es castigado (o sea que cumple) sea evaluado solo puede tener un fin:
hacer una lista para premios. Divide y vencerás. Pero, la humillación de un
profesor evaluado negativamente va a ser tal que sólo aportará bilis al
sistema.
¿Beneficia eso a los
alumnos?
Más, aún hay más,
pretenden evaluar a los centros.
Dicen que para saber
que les falta y dárselo.
Todavía no he oído
una sandez mayor.
Para saber que les
falta, basta preguntar. Y para darles lo que les falta a los centros hay que
dedicar más dinero a la educación y menos al robo.
La evaluación de los
centros pretende (lo han dicho) que estos (aunque sean públicos) se disputen "a
cara de perro" los pocos alumnos que habrá.
La gente de la Enseñanza
debe utilizar este proyecto de Ley como ese punto de apoyo que se necesita para
mover el mundo, en este caso el mundo de la Enseñanza.
Moverlo y hacerlo
despertar, desperezar y vestirse pare salir a la calle a gritar un "basta
de bromitas".
No hay que dejarse
acomplejar. No es cierto que la educación por ser un servicio público deba ser
evaluado.
Ningún servicio público
lo es en los términos que pretenden (con una ley ¡orgánica!).
Hay que oponerse a
ser "evaluados", porque no lo es ningún servidor público (al que no
cumpla que lo echen) y sobre todo porque es tan absurdo decir que es útil para
la sociedad que se evalúen los servicios públicos.
Al que lo haga mal,
un expediente, y al que cumpla, un respeto. Porque es que encima la evaluación
de los servicios públicos lo único que haría sería crear alarma social.
De qué le sirve al
viajero enterarse de que el vuelo que va a tomar lleva una tripulación de
borrachos, o de que el cirujano que va a operar a su hijo lleva un 90% de
pacientes que "se le quedan", o que el juez tal condena sin estudiar
los casos, o que tal grupo de policías no coge ni un delincuente.
De nada, sobre todo
si no les han echado.
En los centros de
enseñanza basta un libro de reclamaciones, los profesores que reclamen respeto
del poder y las familias que no se dejen engañar una vez más por soluciones
falsas para sus hijos.
FRANCISCO
MOLINA. La Opinión de Zamora. 11 de Noviembre de 1995. Imperecedero
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