LAS
FAMILIAS ZAMORANAS
Se me ocurrió
escribir que "algunas personas son tan viciosas que no dudan en casarse
con la misma persona para toda la vida, con tal de garantizarse así su ración
de sexo".
Ante ello me replicó,
amablemente, doña Rosa María Maestre Alcántara, también en este diario, indicando
ella que "las personas lo que más necesitamos es la respuesta afectiva o
de amor del otro”-
No pude comentar
esto antes porque me presenté a las elecciones del 13-J para salvar Zamora y no
tuve tiempo.
Pero ahora, que
Zamora ha decidido salvarse sin mi, me queda más tiempo para condenarme solo.
Por supuesto que doña
Rosa Mª tiene razón cuando lo que viene a decir es que los cimientos de una
pareja no se limitan al sexo.
Naturalmente (aunque habría que decir “culturalmente”)
hay más motivos de unión.
Uno por ejemplo el
que ella insinúa, el afecto. el cariño, el que te quieran.
Y otros no mencionados,
como el del dinero, que por evidente ni se va a explicar, ya que se sabe de
cobra, y más se sabe cuánto mas se oculta en el fondo del alma.
No obstante, antes
de seguir, conviene dejar claro que en Zamora el tipo de familia standar es el
que pudiéramos llamar "perfecto".
Es decir es aquel
que se basa solo en nobles sentimientos y si aparece, ocasionalmente algún
pecadillo, es de poca monta y perdonable, no solo ante Dios, incluso es perdonable,
también sobre la marcha.
Pero fuera de
Zamora, si nos fijamos un poco, vemos que es la familia donde te hacen creer
que eres especial, único y distinto, porque te llamas Fulanito de Tal y Cual,
has aprendido cuales son las vocales débiles, antes que nadie, y tienes unas
cualidades innatas para distinguir las natillas de clara de las de huevo.
Sentado este
principio (de que somos, cada uno, un caso y por supuesto el mejor, si alguien
nos comprendiera) no te digo nada lo claro que queda que también mi familia es
la buena por excelencia, y mi patria chica la leche, y mi patria grande la de
Dios, y mi OTAN la caraba y mi religión la verdadera y mi equipo de fútbol el
mejor.
Pero claro, como mi
vecino (viva cerca o lejos), piensa lo mismo de sí y de lo suyo ya somos dos
enemigos potenciales cuando no reales, y por tanto no nos damos cariño, que es
ayuda y mimos, y en consecuencia vagamos por el mundo buscando lo que no nos
dan, y cuando creemos que detrás de un orgasmo (o de algo que no se sabe lo que
es) nos dan, además de achuchones, cariño, pues hala, fundamos inmediatamente
una familia.
A cuyos hijos
educaremos. a su vez haciéndoles creer que son únicos, especiales, distintos
("Has visto como mama el picarón”. comenta simpático el padre creyendo que
está ante un campeón olímpico de la succión, caso especial nunca visto).
Y así, la nueva
familia reproduce “al diferente” de turno, que claro tendrá el mismo problema
que papá y mamá, al notar que al ser toditos diferentes por gracia de Dios,
cada uno va a lo suyo y la sociedad es, por tanto, hostil.
Con lo que acaba uno
creyéndose un caso un incomprendido, que disimula como un loco y funda una
nueva familia pensando que en ella va a encontrar un remanso de paz, etcétera,
etcétera.
Pero para qué te voy
a contar si tú y yo somos tan diferentes.
Francisco
Molina (Zamora). La Opinión de Zamora. Finales S.XX
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