POCHOS
POR LA PATRIA
En el “todo por la
patria” de la puerta de los cuarteles, se refiere a que por ella (la madre
patria) hay que "darlo todo” o “posponerlo todo”.
Y ese todo se
refiere a los principios.
Por la madre-patria
(y esto que quede claro, por la madre-patria y no por la patria-chica) es por
quién hay que darlo todo: y todo es todo,
o sea, nada hay por encima de la patria: ni religión, ni familia, ni amor, ni
egoísmo, ni supervivencia, ni paternidad, ni, ni, ni,…. ningún principio por
encima del principio "patria”.
Antes de seguir se señala y subraya el hecho
terminológico de madre-patria y patria-chica.
Qué bien están
buscadas las palabras "de arrope" a la esencial, a la palabra patria.
En un caso, la
madre-patria, queda claro cuál es la esencial, la patria, por la cual hay que
morir y matar, cuando lo diga, es de suponer el padre-patria (el Poder).
Mientras lo de
"la patria-chica" también es diáfano, se trata de un sentimiento
pasional (juvenil, enamoradizo, de chulería) pero que nunca debe superar lo
esencial, el total, el definitivo, el amor a la madre... que tiene tela.
Queda hasta aquí
explicado el mensaje subliminal (y evidente a la vez) del "Todo por la
patria" que está expuesto en la entrada de los cuarteles.
La palabra “todo” se
refiere a los principios: no debe haber un mandamiento más rotundo que el de
subordinar el alma a la patria.
Por lo mismo, queda
ahora claro por qué el poder optó en su día por el "todo por la patria",
en vez de por el "todos por la patria".
Indudablemente es más
fuerte y definitivo el todo (lo que sea) por la patria que el todos (personas)
por lo mismo.
Por eso (por no ser
necesarios todos) y muchas cosas más, no todos debían prepararse para
"matar y morir" por la patria.
Por ejemplo no eran
necesarias las mujeres, no eran necesarios los ricos —hubo épocas en que
pagando se libraban de la mili— y tampoco eran necesarios los que, sin ánimo de
ofender, pero si para si para resumir, vamos a llamar “pochos”.
Pero el consejo de
ministros antes de la era del "cambio sobre el cambio" (frase que
suena como ese villancico de "campana sobre campana") decidió que a la
mili también fueran los miopazos, los pies pianos y los que no aprueben primero
de carrera a la primera (o sea, los pochos).
Esta medida, una vez
que el pueblo en votación soberana, no apoyó al no a la mili y el no a las
guerras, es decir, una vez que se ha aceptado —al menos por cuatro años mas que
hay que morir y matar por la patria, porque los humanos no tenemos arreglo,
pues bien esta medida hay que aceptarla como muy buena.
Véase el por qué:
La medida la aplican
en la época del cambio, o sea que con ella se llega al "todos por la
patria", pero ahora, en la nueva época del "cambio sobre el
cambio". es fácil que este Presidente del Gobierno, decida en próxima ley,
que los sanos no vayan a la mili ¡come debe ser!.
A la mili sólo deben de ir los pochos, porque
a la mili se va para "matar y morir" en potencia (por la patria. la
OTAN o para pacificar, pero quieras que no para "matar y morir").
Así las cosas, dado
que las armas de hoy en día suplen las carencias físicas (se puede bombardear a
ciegas... así que se preparen los de la Once), qué mayor hallazgo económico-psicológico
que poner en primera línea de fuego a los pochos.
Así si hay alguna pérdida
será más llevadera para la economía del país.
Por lo mismo, con el
tiempo hay que, puesto que aceptamos que las guerras son inevitables, y por
tanto inevitables los ejércitos, y por tanto inevitable es matar y morir, pues
con el tiempo se debe sustituir la mili de pochos-jóvenes por la mili de
pochos-viejos, con lo cual en caso de pérdidas humanas (siempre lamentables) al
menos se iría solucionando el déficit de la Seguridad Social.
Otra de las ventajas
de hacer un ejército de pochos (y solo de pochos) está en que en guerra seria más
soportable para todos: las mujeres se quedarían en retaguardia con los sanotes,
y los pochos, -hasta ahora humillados como nenas porque no les dejan ir a la
mili si se salvaran podrían venir llenos de medallas, que así se liga mucho.
Francisco
Molina (Zamora): La Opinión de Zamora. Comienzos de los años 90 de S.XX
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