LOS
COMPLICES
DE LA PROHIBICIÓN
“Hay dos clases de fidelidad: forzosa y forzada”
Los instintos inherentes a cada individuo de la especie humana, el de supervivencia
y el de placer, son las dos fuerzas que le obligan a vivir en sociedad
La frase “el ser humano es un ser sociable por naturaleza” resulta ser más
verdad de lo que parece, pues en efecto, sólo viviendo con otros puede cada persona
resolver esas dos cuestiones.
Y no se habla aquí de esa edad, la infancia, en que los cuidados de los adultos son
indispensables. Se habla de un individuo de la especie en plenitud de facultades. Ese,
precisamente, es quien mejor puede apreciar
que, si no viviera con otros, su supervivencia
sería una cuestión de suerte y sus momentos de placer un fracaso.Del libro LA ESTAFA SEXUAL de Paco Molina
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