miércoles, 8 de febrero de 2012

La edad y el sexo



¿Qué es la edad?


Tal vez haya que hacer notar que esto de los menores de edad o la edad en que se es aún menor, no deja de ser cosa de fantasmas.


Porque ¿cuál es la edad fronteriza entre esa edad no suficiente para hacer cosas y la de los adultos con plenos derechos? Es más ¿No ha sido esa edad cambiante según las épocas y sobre todo según los intereses económicos? 

Ya hemos visto cómo el respeto a la infancia del mundo actual

sólo existe donde económicamente no es más rentable lo contrario. De sobra se sabe que la explotación sexual, laboral e incluso militar de menores existe en cantidades industriales, sin que se persiga con el ímpetu y el ahínco con que se persiguen otras situaciones.

Cuando nació la idea de familia, es decir, cuando un hombre pasó a ser propietario de una mujer que se transforma en su señora, posiblemente las niñas serían ya consideradas adultas en cuanto pudieran cumplir uno de los tres valores de uso para el comprador, como son que ya pudieran dar a luz, o ya pudieran dar placer o ya pudieran realizar las tareas de la casa.


Es pues evidente que la minoría de edad es un concepto de carácter cultural, susceptible de ser barrido o modificado según aconsejen los intereses económicos del sistema vigente.


Sin embargo, un mundo sin ESTAFA SEXUAL no supone un peligro para los niños. Y sí lo contrario. Una libertad sexual generalizada, como la que se pregona, curaría de golpe infinidad de problemas que ahora se bautizan como aberraciones, ya que la gente iría a lo suyo; y lo suyo, cuando no hay represión, es que el río siga su cauce y no que las aguas vayan hacia atrás, cosa que ocurre cuando se le pone una presa, y menos que se salga del lecho, cosa que ocurre al acumularse tanta agua que estalla la compuerta que quería gobernarla.



Del libro LA ESTAFA SEXUAL de Paco Molina

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