domingo, 8 de septiembre de 2013

Que los entierros sean gratis


                                   ENTIERROS     GRATIS

Cuando había mili (servicio militar obligatorio) se iba a ella a la fuerza; en consecuencia todo lo que necesitabas, para matar bien o para morir por la patria, te lo daban gratis; desde las botas hasta la gorra, e incluso el fusil (marca  CETME).

            Tomando eso como punto de apoyo, e incluso el sentido común, las gentes quieren que los libros de las etapas que corresponden a los estudios obligatorios (o sea, forzosos) sean también gratuitos. En principio nada que objetar.

            Como tampoco creo que ustedes tengan nada que objetar a lo que sigue. Hace pocas semanas el Ayuntamiento de Barcelona ha aprobado una ordenanza por la cual se va a permitir ir desnudo o desnuda por la ciudad. Sospecho que es que antes estaba prohibido ir de esa guisa. Incluso deduzco que en Zamora, sin ir más lejos, tal vez esté  también prohibido el ir “a lo natural”. O dicho de otra manera, parece casi seguro que en Zamora es obligatorio ir vestido por la calle.

            Mas entonces digo yo ¿Por qué no pedimos que el Estado o al menos el Ayuntamiento, que es quien prohíbe,  nos pague la ropa?. No, no sonrían, y menos se les ocurra reír la ocurrencia, porque  es el mismo razonamiento de que  los libros sean gratis.

            A continuación con lo inteligentes que son los lectores de LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA, ya ven que voy a acabar proponiendo, por lo mismo de lo mismo, que los entierros sean gratuitos. En efecto, acaso no está prohibido “quedarte sin enterrar”; pues que nos paguen el entierro.

            No, no es distinto esto de que te paguen la ropa, ya que es obligatorio ir vestidos; ni es distinto el que te paguen el entierro o al menos que te regalen las coronas, mientras siga siendo el santo entierro también forzoso; todo eso no es diferente  del caso de querer gratis los libros de texto por ser los estudios forzosos.

            De hecho a los indigentes el Estado los entierra gratis; es como si les diera una beca para la sepultura (ahora ya se dan a los alumnos no pudientes becas para libros); e incluso Cáritas,  al pobre de solemnidad  le da ropa usada pero digna “para que cumpla lo de no ir desnudo por la calle”, que también se la da en verano (también hay escuelas donde tienen bibliotecas de aula, en realidad “libros usados de texto” que se pasan de curso en curso a los nuevos usuarios ).

            El problema está en cómo casar “obligatoriedad con gratuidad”. Y la solución del problema está en la fórmula que aplicaban en la mili. Te daban todo pero cubriendo los mínimos solamente. Es decir, no te vestían de mariscal, ni con chirukas de combate, ni gorra de almirante. Tela somera y resistente, e ibas que chutabas. Incluso el mencionado CETME, a pesar de que lo tenias que dejar allí no era un kalasnikov o el último invento en armas de fuego. Ni siquiera te daban bayoneta para pelar las manzanas del rancho.

            Pues lo mismo hay que hacer con los libros de texto. No puede ser que porque vayan a ser gratuitos los que se forren sean las editoriales a costa del tesoro público. La inmensa mayoría no sólo son pesados (que además pesan) sino que se inflan y adornan  con la intencionalidad de justificar unos precios excesivos. Para que los libros sean sensatamente gratis habría que establecer a cómo saldría de fábrica un libro normal que se limitara a contar lo que tiene que aprender el alumno . Ese sería el precio que pagaría el estado, dándole el vale a la familia según el número que precise. Lo demás es subvencionar lujos que encima no sirven para nada al pueblo.

            Todo lo demás es como si pedimos, puesto que es obligatorio ir vestido, que el Estado nos vista de “Armani” o de “Dolche Galbana”, y que además, dado que no  podemos quedar sin enterrar, nos financien un funeral por todo lo alto cual  Entierro de la Sardina. Aunque pensándolo bien ¡menudo programa electoral!. PACO MOLINA

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