Una explicación plausible del fenómeno
Vamos a pasar sobre el asunto de puntillas, pero dando la puntilla:
Las fantasías sexuales se tienen porque se quieren vivir.
¿Por qué los humanos tenemos fantasías sexuales?.
Porque nos han reprimido la vida sexual y entonces, la única manera de llamar a esa puerta que se nos ha cerrado es el pensamiento pornográfico.
Dicho de mejor manera. La vida sexual del animal racional sería tan variada, rica y plena, en libertad, que al estar como se está, no ha quedado otro remedio que fantasear lo que no se tiene.
Dicho de mejor manera. La vida sexual del animal racional sería tan variada, rica y plena, en libertad, que al estar como se está, no ha quedado otro remedio que fantasear lo que no se tiene.
¿Imagina quien está fuera de la cárcel que es libre? No. ¡Y sin embargo el prisionero fantasea sobre el día en que vuelva a la calle!.
No hay explicación mejor. Fácilmente contrastable con el hecho de que, en ámbitos de promiscuidad consentida, el orden de importancia de las fantasías desaparece para dejar paso al disfrute de éstas ¡viviéndolas!.
Según esto, la respuesta a la pregunta de si las fantasías pintan algo en el juego erótico, es que NO.
Es decir, las fantasías sobre sexo no existen, como ahora se nos
Es decir, las fantasías sobre sexo no existen, como ahora se nos
pretende hacer creer, para salvar la relación de pareja, o para facilitar el juego sexual, o para encender el fuego cuando está apagado, o más disparatado aún, para acrecentar el goce y romper la monotonía de la relación entre dos.
Esta última explicación, tan barajada hoy en día, que se da como científica casi en exclusividad, es realmente demencial y una estafa manifiesta (con una sola ventaja, al menos está liberando a la gente de su complejo de putón).
La receta oficial suele ser de esta guisa: ”Las fantasías sexuales están ahí y no deben asustarnos. Todos las tenemos y no hay que reprimirlas. Además, pueden contribuir a hacer más vivo, ameno y variado el juego con nuestra pareja.
Puede ser bueno compartirlas, pero cuidado no vayan a ofender a tu cónyuge. Es un error pretender llevarlas a la práctica, porque suelen defraudar y traer problemas para la estabilidad emocional de los enamorados”.
Del libro LA ESTAFA SEXUAL de Paco Molina
Puede ser bueno compartirlas, pero cuidado no vayan a ofender a tu cónyuge. Es un error pretender llevarlas a la práctica, porque suelen defraudar y traer problemas para la estabilidad emocional de los enamorados”.
Del libro LA ESTAFA SEXUAL de Paco Molina
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