jueves, 12 de enero de 2012

Rebélate y piensa



SEGUNDOS FUERA

“Los hombres sólo servimos como zánganos, y no todos”



Titulamos este capítulo así porque tiene que ver con la desproporción entre el tiempo del macho y la hembra, de la especie humana, para alcanzar el orgasmo. 

De ahí lo de hablar de segundos como sinónimo de tiempo.


Y también, porque ese tiempo que hay que echar fuera en la búsqueda del placer sexual, es el que nos explica mejor que el

combate de boxeo que es toda relación de pareja, debe ser desterrado. 

Y por eso se usa la jerga, segundos fuera, que se utiliza en el ring.



Razonar con valentía



Tal vez el mandamiento más pernicioso del pensamiento único es ese por el cual nos hacen creer que ya está todo pensado; que si llegas a una conclusión rara debes  desterrarla porque seguro que es absurda. 

Que pretende que sólo se puede discurrir sobre lo ya aceptado como válido (para mejorarlo), pero dando  por hecho que lo mejor ya habita entre nosotros.


Busca este libro quitar el miedo a razonar. Porque

el problema no es que no se sea inteligente, el problema es que no se es valiente para usar la inteligencia .

Miedo que se produce por ese complejo de inferioridad al que llevan tantísimos estudios ya hechos, y hechos por quienes nos los han presentado como inmensos e insuperables genios del saber. 

Miedo que también surge cuando tú, "indigno" humano (cuánto trabaja, en ese sentido, el complejo de culpa que crea la represión sexual) llegas a una conclusión que no casa con el sentir mayoritario. 

Entonces la ocultas, la desechas y te comentas, “qué tonterías  pienso”.

La consecuencia es que ni siquiera los que tienen acreditado el titulo de intelectuales o filósofos o sabios, se atreven a alzar la voz contra el Poder, a sacar las cosas de quicio, no sea que por estropear el quicio de esa puerta que comunica con la fama les quiten ésta.


Es curioso que en este proceder esté actuando uno de nuestros dos instintos básicos, en este caso el de conservación. 

En efecto, cualquiera intuye que si se desmarca del grupo (social, patriótico, afectivo, partidario,...) puede quedar aislado, y por lo 
tanto inerte ante amenazas externas, sean éstas físicas o psíquicas.

 Aquí se apuesta por razonar hasta las últimas consecuencias, y que sea la realidad 
la que confirme o destruya nuestra teoría, pero no que la aborte nuestro propio miedo.


Del libro LA ESTAFA SEXUAL de Paco Molina

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