miércoles, 14 de marzo de 2012

La gracia del amor es el sexo compartido



Los celos: una de las causas mayores de sufrimiento


Ni una palabra hace falta para confirmar esto. Pero sí para que nos expliquemos el problema.



La gracia del amor


El enamorado de hoy nació ayer y en su familia le hicieron creer que era especial, diferente y único (por supuesto mejor, o como se dice intelectualmente, ni mejor ni peor, distinto). 

Sin embargo, comprueba que la sociedad le trata como si fuera uno de tantos, y el Estado, no digamos, le utiliza como a un número, sin piedad, ni sentimientos.


En esto aparece una personita que le hace un poco más de tilín. Y, oh! milagro, parece que también a ella (o a él) le va el encanto personal y trastornador del otro. 

Se emparejan.


Entonces, la magia del asunto radica en que se juntan en medio de una sociedad hostil.

Ellos, que cada uno en su casa fue el ojito derecho de mamá, y que sin embargo ahora se ven en lucha contra todos y contra todo, por mor de una competencia 
desaforada. 

(No olvidemos que hay que conquistar la simpatía de los demás, el afecto mayor dentro de la familia, el puesto de trabajo, el prestigio, el atractivo y las miradas de los otros u otras. Todo es competitividad, competitividad y competitividad).


¿Y de repente, qué se encuentra en el amor? Una situación mágica. Resulta que como la otra persona da sexo a raudales ( por comparación con lo que se tenía) por esa razón, por ese agradecimiento absoluto hacia quien te sacia un instinto básico (como el que se tiene al médico que te salva) hay que premiar a esa persona, y pasas a quererla tanto que quieres que sea la primera en todo (no te importa que sea más que tú, tú con ella no compites).

Y, aquí viene lo mágico, a ella le pasa lo mismo contigo,



tú para ella eres el mejor ser que existe





Te quiere y ya está, no hay nadie mejor, contigo no compite.






Del libro LA ESTAFA SEXUAL de Paco Molina

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