martes, 6 de marzo de 2012

Si la prueba del amor es el sacrificio, poco durará



El autosacrificio



Otra cuestión perjudicial que lleva la institución familiar en sus entrañas es el tormento de la fidelidad, condición base de la pareja, que eso es y supone el iniciar un compromiso.

En realidad, es con el juramento de fidelidad con lo que se oficia el casamiento de los novios. 

Antes por tanto del papeleo e incluso antes de ser pareja de hecho.


“Si no hay fidelidad no hay pareja”, dicen con gran acierto los expertos en el tema, añadiendo, "a mi, si me la pegan o ponen los cuernos y me entero, me separo".


Lógico, si no hay renuncia al placer -y la fidelidad es renunciar a un instinto básico- no hay institución que valga. ¡He ahí, esos son, los cimientos de algo que ha de durar toda la vida!. 

Para echarse a temblar .

Del libro LA ESTAFA SEXUAL de Paco Molina

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