miércoles, 23 de abril de 2014

La Tercera y Definitiva


LA TERCERA O DEFINITIVA

Andaba  yo por Madrid y en esto un ciudadano me entregó un papelito. 

En él ponía: “Soluciono todo tipo de problemas. Rapidez, eficacia y garantía 100%. Te ayuda a resolver problemas de amor, recupera pareja, amarres, unión rápida, fuerte atracción, separación, resolver problemas familiares y mejorar tus negocios. Levantar tu empresa. Recuperar dinero perdido. Impotencia sexual. Cualquier caso por difícil que sea sin ninguna duda”.

Caracoles, pensé, ¡¡¡la Tercera República!!!.

Claro que pudo influir en mi conclusión el hecho de que todo ocurrió en vísperas del 14 de Abril, aniversario de la proclamación de la II República, la que comenzó en 1931 llena de ilusión y esperanza, y abortaron los golpistas en 1936 financiados por los poderosos, llenando la patria de sangre.

Y es que en la lucha por desembocar en esta más civilizada forma de Gobierno, la República frente a la Monarquía, se está cometiendo un pequeño, pero que puede ser trascendente, error. Se está transmitiendo la idea de que llegada la República, todos los problemas quedarían resueltos.

Craso error, una república, siendo algo más avanzado democráticamente en cuánto organización sociopolítica, no garantiza nada. Si los ciudadanos siguen sin darse cuenta de la fuerza inmensa de su voto para cambiar las cosas y no lo usan adecuadamente, si las personas no se dan cuenta que tienen ellas mismas que defenderse de los ataques que sufren y siguen delegando en los políticos, si las gentes no perciben que las manifestaciones autorizadas son para que el gobernante sepa si va bien o mal, y se quedan en casa; si no hay un espíritu de lucha, ni monarquía, ni república van a servir para nada.

Por eso corresponde a quien corresponda no hacer creer que llegada la Tercera República se van a resolver los problemas hasta de “AMARRES” , como dice el panfleto.

Ese chasco ya lo produjo “la llegada de la democracia”, que siendo infinitamente mejor que la dictadura, no ha resuelto los problemas ni de todos, ni para siempre.

Otra historia es que la III República, y se supone que definitiva, si resolvería de una vez y de golpe, un problema que quedó marcado a fuego en el alma leal de los españoles que se vieron obligados a una guerra civil, batalla cainita que sólo sirvió para que los poderosos siguieran siéndolo, pero que no arregló ni uno de los problemas de la clase trabajadora, del pueblo llano, y menos el fundamental de no saber “qué va a ser mañana de  mi, qué va a ser mañana de los míos”.

La Tercera República, con su sola aparición, si dejaría resuelto definitivamente el problema clave de que la Segunda había llegado democráticamente, era democrática y más avanzada que la Monarquía actual, y se arrasó por eso, porque el pueblo democráticamente quería que se repartiera la riqueza.

Y en política, como en la vida, las satisfacciones morales son algo  a lo que el ser humano tiene derecho a “amarrarse”.

PACO MOLINA. Zamora-21- Abril del 2014.

 

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