Diario
Secreto de una Lucha. Capítulo 14. Hay semilla.
Puesta al día:
1.- Hace tiempo que no colocamos
rollos de papel higiénico enteros cuando actúa “DEFIËNDETE” (contra el Gobierno del PP) todos los
viernes de 20,15 a 20,30 ante la subdelegación del Gobierno de España en
Zamora.
La razón es sencilla,
acababa siendo caro para los pocos que íbamos/vamos, y encima en ocasiones por
causas naturales había que limitarse a poner sólo un lazo del susodicho papel
higiénico (en repulsa por las políticas de mierda del PP).
2.- En la última
movilización de masas convocada en toda España y también claro está en Zamora,
a pesar de que quienes llamaban a tomar las calles eran muchas organizaciones,
aquí resultó un chasco.
Tanto que he leído (no
pude estar por encontrarme ausente) que los que intervinieron al final
“reprocharon al pueblo que no se movilice”.
Craso error por dos
motivos: UNO, al pueblo nunca se le debe reprochar nada (de hecho, desde aquí,
si algo hemos reprochado a alguien ha sido y es la apatía de los que tienen
vocación de agitadores pero al parecer no ejercen de tales).
Y ahora repetimos lo
mismo: ¿Cómo va a seguir la gente a quien no da ejemplo? ¿Es que todavía hay
quienes creen que tienen la varita mágica de saber cuándo, cómo y con qué
eslogan se va a producir la invasión de las calles?
DOS. DEFIËNDETE no es
más que una movilización, que como muchas otras, debe probar suerte hasta que
salte la chispa del estallido social. Pero los “lideres y cuadros medios e
intermedios, liberados políticos y sindicales, etc. de la revolución” son los
que tiene la obligación (sólo moral, eso sí) de acudir a todo hasta que salga
la veta buena.
O sea, que nadie se
queje si no da ejemplo. Lo demás es algo que triunfa de potra.
En una democracia la
guerra es de guerrillas: desgaste continuo con mil fórmulas. Mil fórmulas en
las que los mil revolucionarios que hay en España deben hacer un esfuerzo por
estar, que para eso son agitadores según se auto definen.
3.- Pero lo que nos lleva
a escribir este capítulo de este diario secreto es lo que ocurrió en el DEFIËNDTE
nº 44.
Estábamos los cuatro
que habíamos llegado a tiempo con nuestras caretas puestas y ya habíamos
colocado medio rollo de papel higiénico entre dos farolas de la calle principal
de Zamora.
Entonces vimos que tres
jóvenes muy jóvenes se acercaron con timidez. Eran dos chicos y una chica. Y
ella preguntó: “¿Quién es Paco Molina?” ( recuérdese que todos llevábamos
caretas).
Estuvieron con nosotros.
¿Qué había pasado? Eran de Madrid, habían venido a Zamora a pasar el puente de
Diciembre a una casa de los padres de ella; y esos padres, que sabían de las
acciones de DEFIËNDETE (y sabían de su endeblez) les recomendaron que se
acercaran, y lo hicieron.
Así se lucha: Chapeau!!!,
hay que quitarse el sombrero ante la conducta de esos padres que a distancia
apoyaban una de las muchas movidas que hay en España contra la política salvaje
del poder económico (que como no la paremos va a ser el temblar y crujir de
dientes).
Pero si grande es la
conducta de los padres, más grande es la de estos chavales que de turismo en otra ciudad, podían haber
pasado de todo, y sin embargo fueron a luchar.
Una lucha sencilla y fácil
por lo demás, que eso es DEFIËNDETE, para que pueda aguantar, resistir.
Qué buen día, al ver
con nuestros propios ojos, que si hay semilla, y que cuando fructifique no
serán tan imprescindibles los injertos para vencer.
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