PONLE LOS
C UERNOS
-Sabes lo que te digo Peromato, que si
eres el “novio de la muerte” lo mejor es que le pongas los cuernos.
-Pero ¿qué dices, y por qué me lo dices, y a
cuento de qué ese tono?
-Te lo digo porque todavía estoy sublevada
con que tras la Virgen de la Procesión de Jesús en su Tercera Caída, una banda
fuera tocando, incluso en el momento super solemne de la entrada en el Museo de
la Semana Santa , el Himno de los Legionarios “Soy el Novio de la Muerte”.
-Tampoco es para ponerse así; es de suponer
que nadie advirtió a esos músicos que esto no es la Andalucía cañí y que no hay
que “mencionar la soga en casa del ahorcado” y menos tocar lo del novio de la
muerte en la procesión que corrió un tupido velo sobre su origen .
-Ah! Claro, esa es otra, que encima esa es la
procesión que inventaron los excombatientes. Pues más aberración todavía.
-Si, pero calma. Que en adelante se revise lo
que tocan las bandas contratadas y por esta vez piensa que los que
interpretaron esa melodía seguro que lo hicieron con buena intención, a parte
de que la música esa es pegadiza
-A ti si que te voy yo a dar músicas
pegadizas; mira pazguato, ese es el peligro, que la gente crea que se puede ser
el novio de la muerte. Cuando de la muerte hay que ser enemigo mortal, con la
muerte no se juega.
-Pero no decías tú que estar muerto es como
estar en una de esas siestas en las que cuando te despiertas no sabes ni donde
estás, ni dónde has estado; con la única diferencia de que no te vas a
despertar y por tanto “menuda siesta tan buena se están echando los que se
fueron”.
-Así es y así lo mantengo, lo malo de la
muerte es si te acompaña dolor en el paso a esa siesta; pero los que están
muertos no están nada mal; quienes quedan peor son precisamente los que se
quedan.
-Pues entonces ¿qué hay de malo en ser “novio
de la muerte”?
-Pues primero, que para la legión, “el novio
de la muerte” en realidad es el enemigo al que hay que matar, y en último caso
cantar que se es uña y carne con la muerte, es
exaltar y aceptar el perder tontamente, en las guerras, lo único que
tenemos, la vida
-Hombre Gobierna, dices verdades de
Perogrullo, se de sobra que lobuelo es la vida que si alguna ventaja tiene ser
veleta es que vivimos la tira de años
-Mira Peromato, la vida es tan importante para
cada uno que todos tenemos un poderosos instinto que nos lleva a conservarla, y
si uno se olvida de ese instinto de conservación, el dolor o la fiebre nos
recuerdan que lo que está en juego es lo mejor que tenemos; por eso te digo que
si alguien quiere tener de novia a la muerte, que le ponga los cuernos con la
vida, que la engañe y que no se engañe, no hay nada como vivir.
-Bueno, hay condiciones de vida miserables, y
los suicidas tendrán sus razones.....
-Eso ocurre porque la sociedad nos invita a
ser “novios de la muerte” y a ver a los demás como enemigos, o porque no hablan
la misma lengua, o porque no profesan la misma religión, o porque no piensan
como nosotros, o porque compiten con nosotros.
-Quieres decir que son los poderosos quienes
nos invitan a ser los novios de la muerte para ser ellos los novios de la
vidorra.
-Por el arma de Viriato, Peromato, has puesto
el dedo en la yaga; seamos todos amantes de la vida y riámonos de la muerte con
igualdad y libertad, risas, caricias y música
hasta que llegue, y cuando aparezca que te quieten lo bailado.
FRANCISCO
MOLINA
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