domingo, 15 de diciembre de 2013

Setas


                                                 SETAS

-¿Viste la exposición de setas; Gobierna?

-Pues no tuve ocasión, pero cuéntamela tú, Peromato

-Pues mujer, lo primero decirte que una vez más se vio que todo lo que produce la naturaleza es bello

-¿Tú crees amigo?¿También las serpientes o los excrementos?

-Hombre, las serpientes, de lejos por si son venenosas, si son bellas; y de los excrementos, mejor no hablar

-De acuerdo, aunque si los creó Dios que tanto sabe, por algo será

 -Me tomas el pelo

-No creas; venga, anda, cuéntame la exposición

-Pues lo primero que llama la atención es que haya tanta variedad

-Eso es la biodiversidad, o la “setadiversidad” en este caso, y ya sabes que hoy en día se rinde culto a que todo sea  distinto aunque todo nos de lo mismo.

-Pues sólo de pensar en probar tanta seta diferente se le hace a uno la boca agua

-Ojo, Peromato, que supongo, máxime si era una buena exposición, advertirían del peligro de las setas venenosas, que haberlas haylas

-Ya lo sabía, que tan tonto no soy amiga, y aunque la exposición abría de golpe todo un mundo para mi, ya había yo oído hablar, incluso expertos, que perecieron por probar alguna seta emponzoñada de esos venenos mortales por necesidad

-Y te fijaste en que las setas venenosas presentan un atractivo especial como si la Naturaleza, harta del hombre que la humilla, agrede y domestica, quisiera engatusarle para que pruebe del fruto prohibido y se envenene, borracho de su propia gula setera

-Bueno, eso del especial atractivo visual es relativo, porque como no se suelen ver, tan escondidas como andan  en esa especie de selva virgen que es el bosque que las cobija

-Pero si habrás apreciado que hay setas apetecibles a primera vista y setas sosas, que no parecen ni seres vivos salvo que se les riegue con un buen vino

-Si, eso es lo que más me sorprendió; el ver que después de todo, todo va a depender de cómo las condimente el cocinero

-O la cocinera, machista, que también hay mujeres que destacan en ese gremio, teniendo una mano especial para cocinar bien las setas, sean cocidas o a la plancha

-Mujer, no te pongas así, era una forma de hablar. Y hablando de hablar; para mi lo mejor, lo más estimulante, fue ver la cantidad de gente que había contemplando tanta seta

-Es que estamos despertando a  la vida oculta que nos rodea, como despertó Blancanieves tras el  beso que le dio el Príncipe del Saber, vida que es todo un mundo, y ríete tú de la variedad de variedades

-Pues razón tienes, porque nunca pensé, ni se me pasó por la cabeza, que pudiera haber una exposición de setas y que encima atrajera a tanta gente, en una ciudad que salvo por loa capuchones de Semana Santa parece no  moverse por nada

-En la vida, camarada, todo va cambiando y deprisa, y debías saberlo tú que eres veleta

-Y qué bonitos los nombres que tenían, eran tan apropiados que parecían puestos a posta

-Y a posta los pondrían, que según el aspecto, el color y el olor, el hombre siempre supo bautizar las cosas

-Pues si, y además, la idea de poner las setas más peligrosas en un cenáculo pequeño, como castigadas por malas y peligrosas, fue genial

-Ah! Pues, por lo que cuentas, si que me hubiera gustado ver esa exposición

-Ya lo creo que estuvo bien, y el lugar, la Alhóndiga, inmejorable; así que por una vez y sin que sirva de precedente habrá que felicitar el nuevo Ayuntamiento de Zamora

-Pero esa exposición ¿no fue en la Diputación?      FRANCISCO MOLINA

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