jueves, 3 de noviembre de 2016

El Marxismo y el Principio de Optimismo


                                               II
TODO LO MATERIAL Y LO QUE ENTENDEMOS POR ESPIRITUAL ESTÁ EN MOVIMIENTO Y POR TANTO EN CONTINUO CAMBIO. TODO ESTÁ CAMBIANDO CONTINUAMENTE, MANTENIÉNDOSE SOLAMENTE EL PROCESO, SIN FIN, DEL APARECER Y DESAPARECER.

Entender y recordar esto puede resolver las historias de muchos grupos políticos que olvidan que todo lo que se hace, aunque esté bien hecho (no digamos nada si encima está mal hecho) ¡puede ser mejorable!. 

Porque nada quedará quieto, nada quedará detenido en la presunta perfección, y, por tanto, el derecho y el respeto a la crítica de los que indican esas posibles mejoras deben ser tenidos en cuenta.

Nunca podrá haber una revolución definitiva. 

Siempre, por continuo movimiento, por el continuo cambio de la vida y de las cosas, será la sociedad susceptible de ser mejorada. 

Por ello, no hay que desilusionarse cuando los resultados de una revolución empiezan a ser puestos en cuestión por reformas o por otra revolución. 

Sólo hay que buscar la satisfacción y la alegría en ayudar, en contribuir a que los cambios sigan el sentido de la flecha, y que la flecha apunte hacia una humanidad más humana, hacia unos países en los que el que peor viva de sus miembros viva dignamente. Sin carencias materiales y sintiéndose libre, ¡¡libre para crear, libre para vivir, libre para no matar!!

El principio del continuo cambio tiene como consecuencia inmediata el dar paso al “PRINCIPIO DE OPTIMISMO”.  

Al estar todo en continuo movimiento, como dice la intuición popular: “no hay mal que cien años dure”, lo que unido al hecho real de que es más fácil desplazar y encauzar lo que está en movimiento que lo que está quieto, lleva como consecuencia,  a ver con grandes esperanzas las posibilidades de llegar a este tipo de sociedades donde todo sea mejor. 

El cauce de un río es más fácil de cambiar que el lecho de un lago, porque el agua del río está en movimiento y la del lago está estancada.

Del libro  EL ALEGRE COMUNISMO de Paco Molina.


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