miércoles, 9 de noviembre de 2016

Marxismo y comunismo, no fue lo mismo


CAPÍTULO IV


LA SITUACIÓN DEL COMUNISMO EN LA ACTUALIDAD

(((Nota del año 2013:

Lo que sigue fue escrito en el año 1988. No obstante, como al revisarlo veo que conserva gran parte de su vigencia, si no toda, opto por conservar el capítulo. Eso si, añadiendo otra nota al final sobre la caída de los Países del Este que entonces no se había producido))).

Para este análisis conviene considerar el mundo dividido en tres grandes grupos de países. Por  un lado estarían los gobernados por partidos comunistas, por otro, los países desarrollados o ricos, y por último, lo países pobres o resto de países.

Países gobernados por partidos comunistas.

Sobre estos y antes de cualquier otra consideración conviene recordar que no se trata de sociedades comunistas, ya que éste estadio en un comunidad supondría haber llegado a la meta y además a una meta donde todos se sentirían integrados, pues nadie en sus cabales puede rechazar un estado de cosas donde  “cada uno de según  sus posibilidades y reciba según sus necesidades”, donde ningún hombre o mujer sea explotado por ningún hombre o mujer y donde todos se sientan libres y no alienados.

Quede pues aclarado que ese feliz estado de cosas no sólo no existe aún sino que nadie dice que exista. 

Lo que ocurre es que la derecha, en cuanto puede, y puede mucho, vende (o regala) la idea  de que el comunismo es lo que hay en los países donde gobierna el partido comunista, y lo hace con la intención, no ya de combatir la construcción del proyecto, sino con la más astuta de combatir también la utopía (que no es otra cosa que un fin lleno de dificultades para llegar a él, pero que se puede alcanzar), y lo hace para que de la sensación de que no merece la pena ni siquiera ponerse en camino hacia el comunismo social.

Sobre el tipo de países que se está comentando y el estado actual del comunismo (entendiendo como tal la fuerza del proyecto) es fácil convenir que, a pesar de las dificultades vividas y la falta de ciertas libertades, el hecho de que materialmente esas sociedades, por comparación con ellas mismas, tengan más bienes que en tiempos pasados, unido a que los ciudadanos cuentan con trabajo, educación y sanidad, hace que haya que suponer una cierta conformidad con sus distintas situaciones, que podrá verse reilusionada o ilusionada , según los casos, con los recientes momentos de flexibilidad, apertura y nuevas libertades.

Es necesario, al margen de lo dicho, comentar dos cuestiones de una cierta relevancia dialéctica.

Una. Los pensadores del capital dicen que la prueba de que la derecha es para los pueblos mejor que la izquierda está en que las dictaduras de derecha acaban, mientras  que las de izquierda están ahí año tras año.

¡Inaceptable! No se puede dejar pasar ese razonamiento por ser falso en su conclusión. Si las dictaduras comunistas perduran es por la elemental razón de que nadie se va a las barricadas si tiene el  estómago lleno, trabajo, educación gratuita, sanidad, jubilación garantizada, etc.

Lo dicho no quita para que se reconozca que la situación de dichos países es específica de ellos, no exportable y si muy mejorable en otros aspectos.

El estilo Stalin (que por cierto no se debe olvidar que fue seminarista, y decir esto no es para ofender a nadie pero si para defenderse de otra burda patraña de los ideólogos conservadores que tratan de hacer creer que Stalin no podía ser de otra forma ya que así acaba siendo, según ellos, cualquier comunista). Bueno, pues, según se decía, el estilo Stalin convirtió modelos a imitar en modelos a evitar. Fue un accidente.

Más, por el contrario, las dictaduras de derecha, basadas y gestadas para la explotación pura y simple del pueblo, van haciendo extender (se) la miseria, hasta que esta, como gas inflamable, acaba estallándole en la cara a la burguesía de turno, que, a consecuencia de las heridas tiene que ir con urgencia a EEUU a hacerse la cirugía estética y transformarse en “democracia”.

El otro “razonamiento” contra los países socialistas (el socialismo consiste en la serie de etapas previas al comunismo social) hecho por la intelectualidad del capital dice así: “El socialismo ha fracasado en la práctica, y la prueba está en que en los países comunistas han tenido que acabar dando paso a la iniciativa privada”.

¡Qué cara le echan estos tíos al asunto! Sí, porque si en sociedades con planificación estatal, por dar paso a la autorización de negocios particulares hubiera que deducir que las sociedades socialistas no tiene sentido, ¡qué decir de las sociedades capitalistas! donde desde siempre el estado ha intervenido una y otra vez en la economía sino que, si de repente dejara de hacerlo, sería para los poderosos el caos: recuérdense subvenciones, aranceles, exenciones, etc. etc.

¿Se atreverían los defensores de la economía libre de mercado a que de verdad fuese éste libre?. 

NO, porque en los países capitalistas el Estado, que se alimenta del sudor de todos, tiene como misión trabajar para los que más tienen.

(((Nota del año 2013: Los países del Este o del Socialismo Real, han caído. Y sin un solo muerto. Bastaron manifestaciones gigantescas mostrando su disconformidad con el régimen a causa de lo que estimaban los pueblos como dificultades económicas, y las dictaduras se derrumbaron. Lo que demostró una vez más que la izquierda es democrática y no violenta))).

Países del denominado Tercer Mundo o países pobres. ((En el siglo XXI llamados emergentes algunos))

En lo referente a la situación respecto a las ideas transformadoras y radicales de izquierda en estos países se debe hacer caso de los informes de la CIA, según los cuales las revoluciones (democráticas) o se han producido o se están gestando o pueden surgir en el lugar menos pensado, ya que en amplias zonas las condiciones de vida son infrahumanas y tan injustas que bastaría la toma de conciencia de esos pueblos para sublevarse.

Como decía Lenin, el pueblo es la pólvora y el conocimiento la chispa, acercar el conocimiento al pueblo y explotará.

Países industrializados.

Sin embargo, en las naciones que corresponden a este tipo de países, el comunismo (las ideas, el número de militantes y el de votantes) retrocede, retrocede y retrocede. ¿Por qué?.

Como en todo no hay una única razón que lo explique, pero conviene  ver algunas e indicar su posible influencia en tantos por ciento.

Las causas del retroceso son;

--La imagen que se tiene del comunismo y de los comunistas a través de lo que se “sabe” de los países del “Telón de Acero” (sea verdad o mentira). Esa imagen puede estar influyendo en el retroceso de la idea comunista en el mundo desarrollado con un 30 % de peso específico.

--Los errores propios en cuanto a las conductas de los partidos comunistas en estos estados desarrollados. En el caso español estas “meteduras de pata” pueden haber desprestigiado el mensaje comunista en un 20%.

-- El estar en unas sociedades ricas o desarrolladas o industrializadas, pero en todo caso, con un alto nivel de vida respecto al resto del planeta. Esta circunstancia es, sin duda, la que mayor influencia aporta a la no aceptación de la oferta comunista, hasta el punto de que se puede calibrar en un 50%.


Del libro EL ALEGRE COMUNISMO de Paco Molina. 

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