viernes, 11 de noviembre de 2016

Programa marxista para el momento actual

CAPÍTULO IX

LA ALTERNATIVA ALEGRECOMUNISTA

En el análisis sobre la situación del comunismo “hoy en día” se veía que para que todo marche viento en popa no va a bastar con que mejore la imagen del socialismo real que den los países con gobiernos comunistas.

Ni va a bastar tampoco con el enraizamiento social de los partidos comunistas en los países desarrollados; porque lo verdaderamente determinante para que una mayoría de ciudadanos pidan a los comunistas que gobiernen será que esa mayoría tenga NECESIDAD material y urgente de cambio político.

La necesidad material es la energía de los pueblos.

No obstante se han de considerar dos cosas: una obvia, que no se debe caer en el absurdo de desear el malestar de la gente para que así recurra a exigir la transformación de las cosas, y la otra, y más importante, que para cuando llegue esa nueva gran crisis de la sociedad (hoy el capital [lo que sigue se escribió en 1988] no sólo no está en quiebra, sino que al contrario, jamás ha estado tan desarrollado y fuerte: ha ganado la batalla material, la militar e incluso la ideológica) pues bueno, cuando llegue esa olas de descalabro y miseria social, en el panorama democrático debe existir una oferta, una alternativa que inspire confianza y apunte hacia una nueva era, para que así no ocurra de nuevo que la desesperación de las gentes les haga errar siguiendo a partidos de corte fascista y nazi.

Y (entonces) para que el comunismo sea la alternativa buscada, el partido debe ser algo que resulte atractivo (para los que estén dentro y para los que estén fuera), una organización valiente y con carácter, que con plena sinceridad lleve tiempo apostando por aquello que quiere la gente, por aquello que anhela el corazón del pueblo.

Por eso, la alternativa que debe ofrecer el alegrecomunismo, el programa de transformación, debe estructurarse en torno a estos ejes:

*Reducción de la jornada de trabajo. Como única forma (de impacto) para combatir el paro.

*No a la energía nuclear. Como centro de una política económica.

*Pacifismo y desarme. Cuanta menos armas mejor, cuantos menos ejércitos mejor, bloques militares ninguno.

*Sociedad de libertades: La gente sólo desea de la política que ésta le resuelva su problema económico, para luego poder ser libres. Por ello, salvo en lo económico, libertad, y en cuanto a lo económico lo que sea necesario para el bien estar del conjunto social.

*Educación, Sanidad y Seguridad Social, públicas, eficaces y universales (para todos).

*Solidaridad internacional.

*Democracia más y más participativa.

*Justicia con mayores medios materiales y de personal. Sólo una justicia rápida y con capacidad de investigación, puede ser justicia.

Analicemos punto a punto:

Del libro EL ALEGRE COMUNISMO de Paco Molina


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