lunes, 9 de noviembre de 2015

A LOS CIEN MIL VISITANTES

                                   A  LOS  CIEN  MIL  VISITANTES

Es seguro que Zamora les ha acogido espléndidamente, como sin duda se merecen; es seguro, también, que están sorprendidos de haberse encontrado una ciudad tan bonita y acogedora, y es más seguro que todavía no han salido de su asombro ante el espectáculo de su Semana Santa. Por todo ello dan por bien empleados sus días de descanso y esparcimiento, e incluso ya están repasando cómo contar en casa la grata sorpresa, descubierta tan a la vuelta de la esquina.

Pues precisamente, abusando de su estado, casi de gracia, querría pedirles un favor, en nombre, no mío que yo no soy digno, sino precisamente en el de esta armonía estética que tanto les ha atrapado.

Ya habrán comprendido que una ciudad no alcanza este grado “atracción” sin un trabajo previo. El de Zamora se debe fundamentalmente a todos los alcaldes que ha tenido, pues cada uno ha aportado su granito de arena. El problema está en que, paradójicamente, el mejor de todos quiere aportar ahora un “granito de serrín”.

Nuestro actual mandatario, el mejor sin duda, pues por tres veces lo ha querido el pueblo democrático, es, fíjense bien, Barandales de Honor. Y ese título, para que lo entiendan, es algo así como “el Oscar de la Pasión”. No se le da a cualquiera. Al actual Alcalde no es que los de aquí le debamos todo, es que incluso ustedes le deben estar agradecidos pues, sabiendo lo que busca un visitante, no dudó en cambiar un parque de toda la vida por un parking para sus coches.

No obstante, sabido es que “hasta el mejor escribano echa un borrón”, y en esas estamos. Les cuento; encaminen sus pasos al Castillo- junto a la Catedral- y allí pregunten por la Puerta de la Traición-, está todo en un pañuelo-encima de seda-. Enseguida verán una pequeña iglesia y detrás de ella un espacio con una cerca, entre ésta y la muralla, preparado para el sacrificio.

            Al Poder siempre se arriman arribistas sin escrúpulos y abusan de la buena voluntad de los escasos líderes de los que pueden disfrutar los pueblos. No podíamos ser, pues, una excepción, y resulta que al Primer Zamorano, por dedicación y entrega, le han comido el tarro diciéndole que si deja construir allí, en ese sitio que se ve que sería un crimen hacerlo, va a ser mejor para todos porque, en esas 15 viviendas de lujo- ya lo creo ¿verdad?-los que se pongan a vivir van a dar vida a un casco histórico bastante deshabitado. También le han susurrado que el callejón que quedará entre las casas y la muralla -tapándola- aumentará la belleza del lugar pues así eran de estrechucas, malolientes y siniestras las rúas en la Edad Media.

            Sin embargo, algunos pensamos que eso no será así. Consideramos que la vida de esa zona, bella y artística, la deben dar, sobre todo, los que como ustedes vengan, año y tras año y cada vez en mayor número, a ver nuestros hermosos sitios y rincones. Y respecto a los trazados medievales opinamos que volver al “agua va”, y arrojar los desechos por las ventanas como reclamo turístico y en determinadas fechas no esta mal, pero que darlo por bueno, durante todo el año, no se entiende. Sin embargo, de dejar el espacio abierto, al estilo de la Edad del Sentido Común, estaría más acertado.

            Por tanto, y en la seguridad de que ven las cosas como todos los zamoranos, menos los que “malmetieron”, poniéndole la cabeza a pájaros, a nuestra máxima autoridad, les ruego hagan lo que sigue. Busquen todos los libros de reclamaciones que encuentren, en hoteles, restaurantes, hospitales, RENFE, etc- y en ellos “reclamen”  que se le pida al Sr. Alcalde que no estropee esta villa, que tanto les sedujo, permitiendo que se construya junto a la Puerta de  la Traición. Ustedes lo han visto: “Zamora no se merece esa corona de espinas de cemento armado”.


                      FRANCISCO   MOLINA. Año 2005, en la opinión de Zamora

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