miércoles, 18 de noviembre de 2015

LA MAGIA DEL ESPEJO

LA MAGIA DEL ESPEJO

Esto del espejo lo han explicado muy mal hasta ahora.

Desde luego la versión de la Madrastra (encima con la cantidad de ellas que hay hoy en día) es delirante.

Utilizar un espejo, por muy mágico que sea, para preguntar que quién es la más bella si ella o Blancanieves,  sólo puede llevar a la frustración, cuando no a la liposucción.

Algo descabellado donde lo haya.

Tampoco la explicación científica le da mejor utilidad. Y es que hay que tener mucho cuidado con "estos saberes" porque en un mundo cada vez mas hedonista (el de la opulencia claro), la ciencia está sustituyendo a las religiones para conseguir los mismos fines ¡que la gente no se desmande!.

 Y así tenemos, como ejemplo venial, que si antes el sexto mandamiento era un pecado, ahora que no lo es, resulta que es una enfermedad (adictos al sexo, creo la llaman).

Pues en el caso del espejo casi lo mismo. Y van los sabiondos del tema y nos dicen que quien está en el espejo es la misma persona que se mira, con lo cual al final el espejo sólo sirve para peinarse.

Error tras error. Ved si no, amables lectores y lectoras si acaso no es más razonable lo que aquí se razona.

El espejo, para que sea mágico y magico, hay que usarlo de esta manera:

Al otro lado no tenemos que vernos a nosotros puesto que, o no lo somos, o si lo somos tampoco nos sirve para nada el saberlo (raya del pelo al margen, como ya se señaló).

Quien vemos al otro lado del espejo, es amigas y amigos, el prójimo, nuestro prójimo. El otro.

Pero no el otro yo, si no el otro-otro, el tú, ese y aquel.

Sentado esto empieza la función.

Comienza la lección que nos da el espejo verdaderamente especial:

Si tú te acercas al otro, verás que el otro se acerca a ti. Si le tiendes una mano al otro, el otro te la tiende a ti. Si le haces el gesto de "vete a hacer puñetas", con asombro comprobarás que tu prójimo te manda a hacer puñetas a ti.

Emocionante, no?

Pero sígase. Sonríele al prójimo. Eureka, pero si resulta que entonces él nos sonríe.

Ahora prueba a decirle "Si, si, si", y verás como él te dice "Si, si, si" (hay que leerle en los labios, pero lo dice).

Juega ahora a decirle siempre que NO; es impresionante pero el va y te dice también que NO.

Y cuantos mas noes digas tú, mas te contesta el que nanay.

Qué curioso, no?

Pues en verdad en verdad os digo que la parábola del espejo habéis de interpretarla así.

El espejo, como en la vida, no existe, no se ve, no está, nada te separa del otro.

Sólo estáis tú y tú prójimo, y como tú actúes así actuará para ti ese prójimo. 

Exactamente igual.

Así que, o cambia de conducta o cómprate un espejo.

Pero que no sea el de la madrastra (para qué quieres ser más guapa que Blancanieves?), ni el de los científicos (para que te llamen repeinao?).

Cómprate el espejo que aquí se ha contado.

Lo venden en Cristalerías "El Sentido Común", junto a tu casa.


Paco Molina 

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