3-R
Al final puede que los males de Zamora
provengan de que, incluso antes de inventarse la democracia, ya se hacían aquí
las cosas mal, hasta desde el obispado. Véase
Vivía
el Generalísimo y la censura imperaba por doquier. Dentro de esa línea la Iglesia
Católica emitía por cada película que se estrenaba una especie de crítica que plasmaba en una cartulina muy pedagógica.
En ella, además de los datos técnicos del film y una sinopsis, te clasificaban
éste según tuviera defectos de forma o fondo, bien entendido que el término
“defecto”se refería a “aspectos
negativos”.
Entonces, según esa ley las películas se clasificaban con números:
El 1 era
especial para niños, el 2 tolerada, 3 para mayores, 3R para mayores con
reparos, y 4 sinónimo de gravemente peligrosa.
En
las de calificación 4 lo que se ventilaba era algún suicidio o situación
familiar vidriosa. Era lo que llamaban
defectos de fondo.
Sin embargo las 3R eran las buenas, o sea las “malas”,
porque así eran bautizadas las que unían a los defectos de fondo, los defectos
de forma, o sea los escotes, que de ahí no se pasaba.
Eso sí, todo esto dentro
de un orden de cosas que para quienes no las vivieran puede servir de pista lo
siguiente. Conéctese usted, sea la hora que sea al canal de TV que prefiera.
Bueno pues seguro que se encontrará algo que en su día estaría
catalogado como 3R.
Este
sistema utilizado a favor o en contra
funcionaba así..
Bastaba con ir a una iglesia, y allí en la entrada estaban
todas estas “críticas morales” sobre las películas que se estaban poniendo en
la ciudad. O al menos así debería ser.
Por lo menos en Lugo lo hacían, y además
muy bien. Cuando se iba a estrenar una pelí, el día anterior, te ibas a
cualquier templo y te hacían un gran favor (o para salvarte o para lo contrario, pero te lo hacían).
Sin
embargo, en Zamora eso no tiraba para adelante ni a la de tres.
O porque no
ponían esas fichitas en todas las parroquias, o porque ponían la fichita cuando
ya no ponían la película, o más desesperante, porque conservaban puestas las
fichitas de cuando se inventó el cine y no las renovaban. Un desastre.
Recordé todo esto porque en estas fechas se
han puesto de moda tres hombres, "mayores y con reparos", cuyo nombre empieza por
“R”, o sea 3R. Roco, Rasputín y Rouco.
Roco,
es Roco Sifredi. Superdotado de un ente ferial por encima de la media se dedicó
a soterrarlo a diestro y siniestro en el
llamado cine porno, y no sólo ha alcanzado un gran prestigio
internacional sino que hoy es el orgullo de Italia, tras explotar ese importante yacimiento de
empleo en el que cuanto más yaces más empleo.
Dice que abandona la cama pero
que seguirá detrás de la cámara.
Sospecho que es porque vienen sacudiendo
fuerte verdaderos galácticos como Nacho Vidal ,compatriota nuestro que como su
apellido indica es puro hierro. Viva España.
Rasputín
siempre se nos vendió como personaje de gran
potencia mental. Y ahora acaba de ver la luz toda su potencia mental,
pues al parecer era tan sorprendente que ya en la época alguien tuvo la feliz idea de meter esa potencia mental en
formol.
Si han visto la foto del tarro les habrá venido a la boca eso de “toma
del frasco Carrasco” y el “Dios salve a la zarina”, a la que decían
hipnotizaba. ¿Y a quien no?.
También es noticia este místico porque una
expedición del gobierno Balear se metió, aprovechando un viaje oficial, en un
club de nombre “Rasputín” que resultó serlo en aumentativo. Y allí pagaron con
el dinero de la plebe. Para que luego nos quejemos en Zamora por un vodka de
nada de la Europeade..
Y
por último Rouco, el cardenal este que casó a los príncipes. No, claro que no tiene nada que ver con los
anteriores (que se sepa). Pero sí viene al pelo como contraste. No deja de ser
un estímulo que siga habiendo quien nos pueda recomendar a la Virgen de Fátima
para conseguir el Puerto Seco y a la de
Lourdes para que acaben las obras del
Virgen de la Concha.
Porque en Zamora ya sólo nos salva un milagro.
FRANCISCO MOLINA. La Opinión de Zamora. Año 2004
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