LOS OJOS DEL PUENTE
-Oye Peromato, hoy te veo los ojos un poco
nublados-comentó La Gobierna, siempre atenta a los estados de ánimo de su
veleta amiga.
-Es por la muerte de “Chemari” Francia, que
así le llamaban sus amigos del pasado y de siempre. Un tipo que me caía bien.
Se fue pero le tiraba la tierra. Venía por Zamora cada dos por tres. En el Lago
estarán sus cenizas. Estuvo en mil peleas por Zamora. Se acercaba hasta a
ensayar con “los de Agustín García Calvo” pequeños papeles en grandes obras de teatro
que luego “ponían” por nuestros pueblos. E incluso lo vimos en la última movida
reivindicando el Puente Aguas Abajo. El día del paso en barca de Olivares a los
Pelambres.
-Ah, si. Éste que era médico. Por cierto que
en poco tiempo, también otro, el Doctor Fradejas murió. Compartieron curso y
tenían ambos 59 años.
-José María Francia envió a los amigos una fotografía, por correo
electrónico, hecha en Sanabria, según rezaba el pie de foto, antes de la
tercera sesión de “quimio”. Ya medía sus días en unidades de fatalidad.
En ella mostraba su típica sonrisa pícarona, al tiempo que decía que se
encontraba bien. Todo un carácter.
-Vamos lo que se llama un tipo activo y
dinámico. Suele ocurrir en esos casos. Viven a tal velocidad que se presentan
en la meta a destiempo.
-Pues es una pena. Porque tenía ideas. Y yo
creo que en política hace falta que se vayan los que tienen el coco vacío y
entren “los que saben hacer la O con un canuto”, por lo menos, que hasta ahora
no hemos tenido ninguno de estos.
-Estoy de acuerdo. Coge si quieres el tema
del Puente Nuevo. Es el más vivo ejemplo de cómo, el tipo de políticos que
hasta ahora conocemos en el Poder, al no tener ninguna idea en la cabeza, todo
lo encargan a expertos, que cobran un riñón.
-Bueno, lo de que no tienen ninguna idea en
la cabeza, lo dudo. Saben lo que hacen y a dónde van. Que aquí “el más tonto
hace relojes”.
-Hace relojes “y los cobra”, a precio de
Rolex. Tienes razón. Pero yo quería seguir contándote la historia del puente
nuevo. La autoridad en vez de decir, ¿por dónde lo quiere la gente? Y luego,
visto que lo pedían aguas abajo, que los funcionarios del Ayuntamiento vieran
por que sitio meterlo, y ya está. Salvo hacerlo, que para eso ya no está mal
buscar un virtuoso. Pues no. Aquí, los que mandan, lo quieren por un sitio,
pasando de la ciudadanía. Pagan a un experto, el Sr. Arenas, que les da dos
opciones, la del “negocio” y otra para despistar.
-Que al final es la que se va a aprobar.
-Casi. Pero no me interrumpas. Ante ese
“arenal” se levanta Zamora, 14000 firmas son más votos de los que sacó “el
caballo ganador”en las municipales. Todo el mundo quiere el puente aguas abajo.
Entonces, la autoridad competente (es un decir), enreda contratando, con el
dinero de todos de nuevo, a otro experto, el Sr. Manterola, para que el
Alcalde, en plan trilero, juegue al “¿dónde está la bolita?¿cuál es el mejor
puente?” y la gente pique con el entrepuentes. A todo esto la Plataforma Aguas
Abajo confecciona uno con el encanto de estar en curva y urbano hasta decir basta.
Llegados aquí, el Sr. Antonio Vázquez, agobiado por el despropósito de las
casas construyéndose en la mismísima de la Puerta de la Traición, en la
muralla, cede y propone consenso.
-Y entonces va, que eso me lo se, el concejal
Guarido, descubre que aguas abajo los planes parciales están trazados de tal
manera que permiten bordear el Campo de la Verdad por el Oeste. Propone esa
salida “natural” al problema, la Plataforma comulga y al final, los técnicos
del Ayuntamiento remachan la idea.
-La de tiempo y dinero que se ha derrochado.
Todo eso no has salido por un ojo de la cara. Esperemos que no nos salga
también por un ojo del puente. Que debe ser llamativo, pues en los ojos de los
puentes se lee el alma de una ciudad.
FRANCISCO MOLINA. PUBLICADO en La Opinión de Zamora el año 2005
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