-Gobierna, no me
extraña que La Opinión de Zamora se lea cada vez más, y es que en algunas cosas
va por delante. ¿No recuerdas que aquí sacaron un artículo titulado "Bobos
o bonobos"?
—Peromato, ya lo
creo que me acuerdo. Y tú ahora relacionas aquello con la petición política de
que a los grandes simios se les deje vivir en paz y fuera de jaulas.
—Exacto, y por eso creo que lo mejor es que le
empiecen a dar la razón al autor de aquella columna que nos decía que los
bonobos eran como nuestros gemelos o mellizos (que la diferencia nunca la he
sabido distinguir).
—Sí; pero recuerda
también, amigo, que siendo el gorila, el orangután, el chimpance y el bonobo
los considerados "grandes simios", no por el tamaño sino por el
parecido a los humanos, es el bonobo el que más se asemeja, mejorándola, a
nuestra especie.
—No he oído yo eso,
más bien es como si los metieran a todos en el mismo saco.
—Tienes razón y eso
es lo peligroso. Porque mira, para respetar su vida, librarles de cautiverio y
prohibir que se les torture, está bien que sean considerados iguales. Pero para
convertirlos en nuestras madres y padres no.
—Y ¿qué más da que el ancestro del alcalde sea un orangután,
el del gobernador un gorila, el del director del periódico un chimpancé y el
del coordinador de IU un bonobo?
—Porque eso es lo
que pretenden aún los carcas; mira, ya que se tienen que rendir a las tesis de
la evolución de la especies de Darwin, quieren defender todavía que es por eso,
por ser animales, por lo que nos portamos como animales. Cuando los que verdaderamente
son nuestros tatarabuelos son los bonobos, los más tiernecitos de todos.
---¿Son los que
tienen más similitudes genéticas?
—Eso no lo sé. Aún
no lo han confesado los hombres de ciencia; pero si son los que tienen más
detalles en común. Mira, sus hembras, las bono-bonitas, tienen embarazos de 9
meses; además están todo el tiempo en celo, o sea, a la que salta, como los
homo sapiens, e incluso hacen el amor, además de en todos las posturas, en la
del misionero, tan nuestra ella.
—Y eso que hasta su
selva no llego ninguna misión para salvarles del pecado. Porque lo que recuerdo
mejor de aquel escrito ("bobos o bonobos") es que estos son promiscuos
a más no poder, y que para correrse una juerga, como no tienen ni Corte Inglés,
ni vino de Toro, ni primeras comuniones, improvisan orgías, donde no ponen
barreras ni por la edad, ni por el sexo, ni por el número de participantes, ni
por qué puerta hacer la entrada triunfal.
-Bueno, y recuerda
lo más civilizado de todo; que cuando tiene un conflicto de esos que los humanos
resolvemos como homos-imbecilus, ellos lo rematan refocilándose. Vamos, que si
no hay petróleo, en vez de atacar Irak, anulamos el viaje del puente y nos
vamos a hacer el amor bajo el de los Tres Arboles.
—"Haz el amor y no la guerra", un
buen lema llevado hasta sus últimas consecuencias.
—Además son los bonobos,
y no los chimpancés, y menos los otros, quienes han aprendido hasta a hablar
por teléfono, entendiendo lo que se les pide u ordena.
—Me gustaría que los
zamoranos les siguieran la pista a los bonobos; acabarían pidiendo una
discriminación positiva para vivir como ellos (¿Recuerdas el libro de "Zamora
y Gomorra"? ) y que no nos torturen haciéndonos creer que como somos seres
superiores tenemos que llevar una vida inferior.
—Vivan los bonobos,
viva la vida, viva la libertad y que no nos engañen con tanto camelo.
FRANCISCO
MOLINA.
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