NO HAY
INFIERNO
Esto no es que lo diga yo. Lo ha dicho
el Papa. También lo ha dicho Dios en cuanto que su traductor en la Tierra es el
Papa. Y lo dice el sentido común. No hay Infierno.
Respecto a que decirlo el Papa es como si lo
hubiera dicho Dios directamente, es lo elemental de la Fe en la Iglesia
Católica. Por tanto Dios ha dicho: “No
hay infierno".
Aunque
eso sí. Hay que reconocer que el Papa lo ha dicho “con la boca pequeña”.
Lo más que hay tras morir, según
el Papa actual, es un estado de insatisfacción en el que los malos no verán a
Dios, algo así como el sufrimiento de no poder contemplar al Ser Amado.
Mientras que los buenos podrán contemplarlo sin trabas.
Esto es lo que más o menos entendí en la
escueta noticia que hace unos años dieron los medios de comunicación. Cosa que
me chocó pues era un notición y sin embargo no venía como gran titular en la
portadas.
Lo que no se es por qué en cada
homilía a los creyentes, en cada epístola de los Cardenales a las ovejas
descarriadas, en cada catequesis a los púberes, no se repite sin cesar y en voz
alta que ”no hay infierno”.
Incluso no
comprendo que, aunque fuera a base de subvenciones, no se pone en el pórtico de
todos los templos la buena nueva. “No hay infierno”.
Y eso que las Conferencias
Episcopales, como si en vez de doctores de la Santa Madre Iglesia lo fueran en
Biología, nos han informado de cosas,
tales como que si la homosexualidad es algo contra-natura, el aborto un crimen
y el divorcio un desarreglo.
Incluso aquí en Zamora, no
recuerdo que ni el Obispo anterior, ni el de ahora, se hayan hecho eco de esa
sensacional noticia. Todo ello cuando los creyentes deben aceptar esta alegre
realidad. “No hay infierno”.
Realidad mucho más alegre aún para los no
creyentes. Ya que esto recuerda el célebre cuento de las dos hermanas.
Una,
pécora donde las haya, amén de pecadora incansable, y otra, una santa. Hermanas
que murieron en el orden natural, primero la que llevó una mala vida (la que
perjudica gravemente la salud) y luego la fiel hija de María.. Ocurriendo que
cuando ésta, en buena lógica, va al Cielo, al llegar a él, se encuentra con estupor a su depravada
hermana que frotándose los nudillos le canta “Rabia, rabiña, que no era pecado,
rabia rabiña, que no era pecado”.
Pues eso ciudadano Casimiro,
Obispo de la Diócesis, decid si miento
cuando digo que según el Papa “no
hay infierno”.
Dad la buena nueva “urbi et orbi” que eso será motivo de sumo
gozo para al pueblo de Dios y la única alegría para Zamora en este olvido institucional.
Sí, porque cuando un padre le
impone a su hijo (porque es suyo) la obligación de estudiar la religión
católica lo hace para que se salve (es
decir, no quiere que vaya al infierno).
Sin embargo si ahora, según los expertos, no hay infierno
o es un infierno light, todo cambia.
De hecho cuando yo era bachiller, no sólo eran los padres los que te elegían la
religión a profesar, sino que hasta la Madre Patria (sin duda como madre) la
elegía también.
Por eso se del tema cantidad. Y muchos recordarán que hasta en los centros públicos,
sin ir más lejos en el instituto “Claudio Moyano”, había no sólo clase de
religión a estopa, sino que en vísperas de Semana Santa curso tras curso, se
interrumpían las clases, casi otra semana, para dar “ejercicios espirituales”.
Y en esos lavados de cerebro con
agua bendita, hasta el más lerdo quedaba con el mensaje principal que rezaba
(nunca mejor dicho). “Y al final de la jornada, aquél que se salva sabe, y el
que no, no sabe nada”.
Pero dado que ahora los que decían
eso dicen lo contrario, ¿para qué las clases de religión, que si en caso de
haber infierno son pocas, dado que no lo
hay, sobran todas?
FRANCISCO MOLINA. LA OPINIÓN DE ZAMORA 2004
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