PAPÁ
LISTO Y PAPÁ
TONTO
-No me explico por qué razón, si ya
“está prohibido pegar a los hijos”, aún se permite que los padres puedan elegir
centro para ellos.
-Que burro eres Peromato -respondió solemne
la Gobierna- Darle una paliza es malo para el niño, y que le elijan escuela es
bueno para él.
-Tururú que te vi. De acuerdo en lo de pegar,
porque una paliza siempre duele; pero ¿quién te dice a ti que no vaya a ser una
cruz para el hijo que el padre le escoja la religión de su vida?.
-Que burro eres Peromato; no se dice “tururú
que te vi”. Se dice, “tararí que te vi”. Aunque estoy pensando que si eres un
burro, sólo puedes decir cosas sensatas; ya que para tonterías las que dicen
los listillos. Así qué; explícate más.
-Pues mira Gobierna, te digo que estoy
asustado con esto de que se de por buena la filosofía de que la libertad de
enseñanza consista en poder elegir colegio.
-Bueno, eso, y también el que “se pueda
enseñar” lo que venga en gana; que hubo épocas en que hasta la Iglesia Católica
se cargaba a la gente por enseñar que la Tierra era redonda, que gira alrededor
del Sol, y que la sangre circula por las venas. Eso por no hablar de las
presiones que sufrieron los del Premio Nóbel, y que aceptaron, para que a
Einstein (que está estos días en Zamora) no se lo dieran por la Teoría de la
Relatividad, que negaba lo absoluto, o sea los Dioses.
-Si, esa es la libertad de enseñanza que
enseña el sentido común. Pero elegir centro no es ninguna libertad; porque
entonces, no habría libertad en los pueblos, que allí sólo hay escuela pública
y no privada. Lo mismo que no es libertad que si te estás ahogando puedas
elegir quien te rescate.
-Anda, pues no había caído.
-Claro. Pero hay más. Si te fijes, en
realidad, si se acepta que la libertad es “elegir centro”, en ese caso se está
diciendo que la libertad de enseñanza es elegir, simplemente, entre tener un
hijo “meapilas” o no; porque esa es la única diferencia.
-Hombre no. Será algo más. No me digas que
esa es la única diferencia entre un instituto y un colegio de monjas.
-Pues es la única, amiga. Mira, un centro
privado no es algo regentado por los “hermanos maristas” y uno publico el
gobernado por los “hermanos marxistas”. En absoluto. Los dos son idénticos en
todo, salvo en la religión, pues el Teorema de Pitágoras se supone que es igual
aquí y allí, lo mismo que el Cabo de Gata.
-Claro, son idénticos, porque si también se
puede estudiar religión en la enseñanza pública ya me dirás. Y sin embargo, no
son iguales.
-Ya vas entrando en razón. Y dices verdad
cuando dices “Y sin embargo no son iguales”. En efecto, son distintos en lo que
los padres intuyen: Los centros privados “atufan presunto elitismo”. Pues todo
el mundo sabe que niegan el derecho a la enseñanza a quien no tiene buena
pinta. Y los padres no quieren que sus hijos se mezclen, ni corran peligros, ni
se corran siquiera, hasta que no quede otro remedio.
-O sea, ¿los padres quieren una “cárcel de
cristal” para sus vástagos? Pues entonces que se la paguen.
-Pues claro. Porque la sociedad debe ofrecer
un parque de bomberos para todos, bueno y solvente, y el que quiera ser
rescatado por alguien especial, como Joaquín Sabina o Miss “Verónica” Zamora,
por citar gente especial, que se pague el capricho.
-Es como lo del padre que enseñaba las
vocales a su hija. Que como se le atragantaban la “i” y la “u”, insistió en
ellas hasta que las aprendió, y no se le ocurrió hacerla repetir curso,
volviendo a examinarse de la “a”, la “e” y la “o”, puesto que ya se las sabía.
-O sea, sentido común contra las tonterías
del Pensamiento Único.
FRANCISCO MOLINA
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