En lo que sigue se va a proponer una
alternativa o mejor una salida, pues en realidad no existe ningún otro plan, al
“qué hacer con el mastodóntico ente ferial”.
Teniendo
en cuenta que lo que asusta del monstruito es cómo mantenerlo, confieso que mi
primera idea, y así lo dije en su día en alguna emisora entre guasas y risas, fue proponer que se
convirtiera en el “verdadero” Museo de
Semana Santa.
En Zamora, según los entendidos el museo que
pita es ese y los demás se puede decir que están de adorno, a su pesar y para
pasmo de todos. Entonces el hacer en el
recinto junto al río un lugar donde no
sólo estuvieran los pasos, sino también los cofrades de cada procesión
simulando con maniquíes el desfile en marcha, con la posibilidad de verse tal
coreografia desde pasarelas elevadas y acompañando cada rincón con la música ad
hoc, pues podía dar juego.
Las
risas surgían porque en mi propuesta se añadían, con estatuas de cera, a las
autoridades de la época siguiendo a los pasos con la devoción acostumbrada. No
habría necesidad de calefacción y el mantenimiento sería mínimo.
Pero
ahora me inclino por explotar el lugar, también sin gastarse un duro en
calefacción, copiando un truco que ejecutan en Mérida (ciudad vinculada a Zamora
pues su puente es el que está en nuestro escudo). Allí ,como tienen un teatro
romano, cada año durante dos o tres semanas , organizan representaciones de
alumnos que no son de allí , que van a
ver compañeros de otros institutos de
España. Viaje que completan con
la visión de los restos de la cultura de la Roma Imperial. Todo eso
origina un negocio increíble, que por otro lado depende del buen o mal tiempo,
dado que las representaciones son al aire libre.
Pues
bien se trataría de trasplantar la idea a Zamora. Aquí no hay teatro romano,
pero con el Teatro Principal (250 butacas), el Ramos Carrión (que debería
limitarse a 500) y el Teatro de la Universidad Laboral (cerca de mil
localidades), se podría convertir esta ciudad en centro permanente del teatro
amateur y estudiantil. A partir de ahí, y con la intención de fomentar la
cultura , la literatura y las artes escénicas, e incluso musicales, se harían
foros que atraerían a estudiantes de todo tipo a presenciar esas obras o conciertos ,
realizados por ellos mismos. La traducción sería concentrar cantidades
importantes de gente que acudiera a la ciudad en viajes de estudio, viajes que
completarían con visitas a nuestros museos, etc.
Pero
¿ y qué pinta aquí el Ente Ferial?. Todo. Miren, en Mérida el problema surgía
en los tiempos muertos. No había nada, estando mal hasta de discotecas. Aún así
sabido es que la juventud se lo pasa bien hasta con un botellón de nada .Pues
bien la clave sería en Zamora completar el circuito teatral, cultural, juvenil,
con lo que podría ser una “mega discoteca parque de atracciones”.
Dentro
del gigantesco ente ferial se colocarían atracciones típicas de los parques
temáticos, pero sin tema. No cabrían las más llamativas, pero esa desventaja se
compensaría con que al estar cubiertas podrían ser usadas todo el año, día y
noche. Y sin necesidad de calefacción, como no la tienen los “caballitos”.
Todos estos tipos de tiovivos, coches de choque, etc, que por estar protegidos
podrían ser de lujo-muy llamativos-se convertirían en sí ,en algo digno de ver;
pero es que además funcionarían multiplicando así su atractivo, tanto para
jóvenes como adulto, en cualquier época del año.
Atractivo
que se complementaria al máximo al ponerle una música común a todo el recinto
(lo demencial de los parques de atracciones es que cada caseta está con su
disco de turno y se enloquece). Esto permitiría que también funcione el recinto
como una discoteca, pues en donde la gente quisiera ,además de lugares con
pista, se podría bailar.
Algo así haría también famosa a Zamora,
además de retener a los visitantes con churumbeles en la Maga-Disco “Parque de Atracciones EL ENTE”
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