LA SEXOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN
-Peromato! ¿Te has enterado del militar que,
por celos, ha matado a su ex-mujer y a su hija de 5 años?-
-Es increíble tanta bestialidad; y que
el odio y el ansia de dominio desborden
la razón.
-A mi la noticia me recordó algo que leí
aquí, en LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA. Allí decía y anunciaba que la Ley
Contra la Violencia de Género no iba a resolver el problema; que eso era algo
necesario pero no suficiente.
-Mujer; algo eficaz está resultando, fíjate
que en el 2005 hubo 10 asesinatos menos que en el 2004. Así que en cuanto la
mejoren con más juzgados específicos y ejecutando mejor las sentencias.
-Eso es lo que dicen para consolarse, pero
mira: Diez muertes menos no es nada. Y además, no sólo están los crímenes; el
problema sigue en millones de hogares donde la violencia no llega al homicidio
y sin embargo es de un sufrimiento insoportable.
-Pero entonces, ¿dónde está el problema?.
-Aquél escrito decía que mientras no se
aceptara que el celoso-violento no es un delincuente como otro cualquiera, no
había nada que hacer. Lo del padre que mata a sus hijos para hacer daño a la
mujer que le abandona (o que cree que le abandona), llega a tal grado de locura
que demuestra que las amenazas, de cárcel y otras penas, le traen sin cuidado
con tal de saciar su venganza. Incluso ya hay alguna mujer que mata por lo
mismo.
-Pero entonces ¿qué hacemos Gobierna? Son
energúmenos y hay que perseguirlos.
-Nadie dice que no, pero al tiempo hay que
“educar en contra-valores”. Hay que desmontar el carácter beneficioso del
juramento de fidelidad que se hacen las parejas. Hay que enterrar los tabúes
que existen contra la sexualidad. Vivimos sin libertad.
-Eso me recuerda el libro de “ La función del
orgasmo”, en el cual el autor decía que el “hacer deporte” era una tontería,
que no quedaba otro remedio que hacer, dado que el sexo estaba prohibido; que
si no, sólo con que cada vez que alguien tuviera ganas lo pudiera hacer, mejor
gimnasia no había.
-Si; ese libro lo escribió William Reich, un
discípulo del Freud. El que dijo que detrás de cada enfermedad del espíritu
estaba la falta de satisfacción del instinto de placer. O sea, que si dicen que
el tabaco es malo, también deberían escribir por todas partes: “Se advierte que
la práctica del sexo beneficia seriamente la salud”.
-¿Insinúas que esta tremenda violencia, cada
vez más desatada, tiene que ver con la represión de índole sexual?.
-Sí, y no sólo la violencia de género.
También la otra, la de quienes queman a una mendigo, o se inmolan por Alá, o
proponen invadir Cataluña, o decretan que los alumnos repitan asignaturas ya
aprobadas. Todas las violencias son manifestaciones de la neurosis colectiva
que sufrimos, fruto de esta represión que no cesa.
-Ahora que lo dices, leí hace poco que “la estafa
sexual” consiste en hacer creer a la gente que es mejor “vivir toda la vida con
una persona maravillosa que con cuatrocientas normales”.
-Bien traído amigo. Y por eso, hasta los
felizmente emparejados también llevan su violencia acuestas; que no es por ser
animales, por lo que existe, es por ser peor que los animales; o sea tontos.
-¿Tontos, como para preferir estropear la
Universidad Laboral gastando más dinero de lo que cuesta el puente nuevo, en
vez de hacer éste de una vez?
-O poniendo los caballitos en los Llanos, que
para eso es mejor dar becas a cada familia para que vayan a Disney-World. Lo
que se llama violentar el sentido común.
FRANCISCO MOLINA . Publicado en La Opinión de Zamora hace años (¿2006?)
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