MESA CAMILLA, MESA COTILLA
-Oye Peromato, ¿tú lees los comentarios?
-Oye Gobierna, ¿tú me tomas por tonto? Yo los
comentarios los oigo, no los leo.
-Me refiero a los comentarios en
los periódicos.
-¿Qué? Lo que escriben los
columnistas, que lo comentan todo.
-No hombre no. Ahora, si tu
pretendes leer un periódico por Internet se puede comentar cualquier noticia.
-Ah si. Ni la menor idea. ¿Y
cómo?
-Si te fijas, debajo del titular
de cada asunto, suele poner “COMENTARIOS”
-¿Dan la noticia comentada?
-No, la noticia la dan “seca”,
como en el periódico de papel; lo que ocurre es que si tú quieres puedes
escribir un “comentario” sobre la noticia; o incluso, y más emocionante, puedes
escribir uno propio.
- ¿Y juega mucho la gente a eso?
-Cada vez más. “Inda máis”,
cuanto más visitas la lista de comentarios más morbo adquiere la noticia.
-¿Porque la amplían?
-Bueno, a veces la amplían y
otras la descoyuntan.
-Se supone que sólo comentan
quienes pueden aportar algo.
-Qué va. Es divertidísimo, y el
morbo está en que como el “comentarista espontáneo” puede firmar con pseudónimo
o alias, dice lo que se le pasa por el coco venga o no a cuento, sea o no real,
y al final la ristra de “comentarios”, ya te digo, es la repera de divertido.
-Pero eso puede dar pie a
burradas.
-Bueno, hay una empresa que por
lo visto controla que sólo pasen los comentarios adecuados.
-¿Otra vez la censura?
-Si, pero mucho más tenue. Mira,
acabo de ver los comentarios sobre el zamorano apodado “el solitario humilde”
-Ah si; el que robaba a los
bancos pocas cantidades.
-Pues si lees los comentarios te
encuentras con que la noticia se transforma en meditaciones sobre si no habrá
que rescatar el refrán de que “quien roba a un ladrón tenga 100 años de perdón”,
en el plan que están los bancos.
-Ah pues eso está muy bien.
-No siempre, ya que en ocasiones
se convierte el foro de lo comentarios, en una batalla campal, sobre todo si la
batalla es política, de los de un bando contra los de otro.
- Y ahí, la de Dios.
-Ya lo creo. Peor que los del
Madrid contra los del Barxa.
-Y encima si se hace todo a cara
tapada.
-Natural, pero la gracia está en
la libertad del anonimato.
-Si, pero eso puede caer en los
típicos cotilleos de la mesa camilla de nuestros mayores.
-Por supuesto, con el agravante
de que quien contaba una burrada en la mesa camilla, daba la cara y daba
detalles, a modo de pruebas de lo que
decía.
-Me ha dicho Fulanito, que la
cuñada de Benganito, estaba el otro día en el coche muy amartelada, con
Perenganito.
-Algo así, pero claro, el censor,
la empresa controladora, que como todas, para ganar pasta, trabajará para
muchos periódicos a la vez y tendrá poco personal, no puede pararse a comprobar
si existen Fulanito, Benganito, Perenganito y lo más importante el coche, por
no decir que buscar corriendo que quiere decir “amartelados” es la ruina.
-Pues sí tiene que ser cachondo
el asunto. Y a más comentarios más noticia es la noticia, claro.
FRANCISCO MOLINA. Publicado en La Opinión de Zamora entorno a 2008
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