miércoles, 4 de noviembre de 2015

MESA CAMILLA, MESA COTILLA

                                         MESA CAMILLA, MESA COTILLA
-Oye Peromato, ¿tú lees los comentarios?

-Oye  Gobierna, ¿tú me tomas por tonto? Yo los comentarios los oigo, no los leo.

-Me refiero a los comentarios en los periódicos.

-¿Qué? Lo que escriben los columnistas, que lo comentan todo.

-No hombre no. Ahora, si tu pretendes leer un periódico por Internet se puede comentar cualquier noticia.

-Ah si. Ni la menor idea. ¿Y cómo?

-Si te fijas, debajo del titular de cada asunto, suele poner “COMENTARIOS”

-¿Dan la noticia comentada?

-No, la noticia la dan “seca”, como en el periódico de papel; lo que ocurre es que si tú quieres puedes escribir un “comentario” sobre la noticia; o incluso, y más emocionante, puedes escribir uno propio.

- ¿Y juega mucho la gente a eso?

-Cada vez más. “Inda máis”, cuanto más visitas la lista de comentarios más morbo adquiere la noticia. 

-¿Porque la amplían?

-Bueno, a veces la amplían y otras la descoyuntan.

-Se supone que sólo comentan quienes pueden aportar algo.

-Qué va. Es divertidísimo, y el morbo está en que como el “comentarista espontáneo” puede firmar con pseudónimo o alias, dice lo que se le pasa por el coco venga o no a cuento, sea o no real, y al final la ristra de “comentarios”, ya te digo, es la repera de divertido.

-Pero eso puede dar pie a burradas.

-Bueno, hay una empresa que por lo visto controla que sólo pasen los comentarios adecuados.

-¿Otra vez la censura?

-Si, pero mucho más tenue. Mira, acabo de ver los comentarios sobre el zamorano apodado “el solitario humilde”

-Ah si; el que robaba a los bancos pocas cantidades.

-Pues si lees los comentarios te encuentras con que la noticia se transforma en meditaciones sobre si no habrá que rescatar el refrán de que “quien roba a un ladrón tenga 100 años de perdón”, en el plan que están los bancos.

-Ah pues eso está muy bien.

-No siempre, ya que en ocasiones se convierte el foro de lo comentarios, en una batalla campal, sobre todo si la batalla es política, de los de un bando contra los de otro.

- Y ahí, la de Dios.

-Ya lo creo. Peor que los del Madrid contra los del Barxa.

-Y encima si se hace todo a cara tapada.

-Natural, pero la gracia está en la libertad del anonimato.

-Si, pero eso puede caer en los típicos cotilleos de la mesa camilla de nuestros mayores.

-Por supuesto, con el agravante de que quien contaba una burrada en la mesa camilla, daba la cara y daba detalles, a modo de pruebas de lo  que decía.

-Me ha dicho Fulanito, que la cuñada de Benganito, estaba el otro día en el coche muy amartelada, con Perenganito.

-Algo así, pero claro, el censor, la empresa controladora, que como todas, para ganar pasta, trabajará para muchos periódicos a la vez y tendrá poco personal, no puede pararse a comprobar si existen Fulanito, Benganito, Perenganito y lo más importante el coche, por no decir que buscar corriendo que quiere decir “amartelados” es la ruina.


-Pues sí tiene que ser cachondo el asunto. Y a más comentarios más noticia es la noticia, claro.                                                               

FRANCISCO  MOLINA. Publicado en La Opinión de Zamora entorno a 2008  

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