CATÓLICO
NO PRACTICANTE
Gústame contar que
soy “promiscuo no practicante”, basándome en el gran descubrimiento que supuso
para la civilización el invento de la cabriola intelectual de “ser católico
no practicante”´.
Dícese “católico no
practicante” de aquel que se confiesa católico pero no se confiesa (ni va a
misa, ni celebra ninguno de los ritos, ni preceptos de dicha religión).
La existencia cultural
del término “católico no practicante”, tiene una ventaja dual y descomunal para
ambas partes (para la institución y para el individuo).
A la institución (la
Iglesia Católica) le viene de perlas poder sumar a sus estadísticas a los
católicos no practicantes (“Yo sí creo, dicen, pero en Dios no en la Jerarquía
Eclesiástica”) porque así se puede presentar ante la sociedad como más grande
de lo que realmente es.
Y también le viene fenomenal
al individuo, al feligrés, al católico no practicante, porque piensa que así se
va a salvar (creo en Dios y él me lo agradecerá enviándome al cielo) sin tener
que penar, ni hacer penitencia practicando los Diez Mandamientos.
Dicho esto, nos
encontramos con un fenómeno parecido, pero substancialmente distinto, que se da
en el mundo de la política.
Resulta que a Pablo Iglesias
(PODEMOS) le ha dado por decir que es
socialdemócrata porque UNIDOS PODEMOS (IU más otros como Podemos)
promete aplicar un programa socialdemócrata si gobierna (el conocido como “50
pasos para gobernar juntos un nuevo país”).
¿Es eso algo
disparatado, o cínico, o aberrante? En absoluto.
Eso que dice es tan
válido como si otros dicen que son “comunistas no practicantes”.
Porque en
definitiva, los que somos hijos del “programa, programa, programa” (punto de
apoyo para una unión, según lo definió Julio Anguita) lo que venimos a proponer
es que en cada momento electoral hay que luchar por unos objetivos concretos.
Estos son los que
configuran el programa, y según su filosofía son más o menos rojos.
En el Norte de
Europa (países Escandinavos) los partidos socialdemócratas, cuando gobernaron,
fueron “socialdemócratas practicantes”,
mientras que en España el partido que llevaba esa vitola, fue “socialdemócrata
NO practicante”.
Jesús el Galileo lo decía
así: “Por sus obras los conoceréis”, y Carlos Marx espetaba que lo que vale es
la praxis (la práctica) y no la teoría. Y hay más, cuando el Ché Guevara
conoció a Salvador Allende (Que ganó las
elecciones en Chile democráticamente y gobernó dos años, hasta que se dio un
golpe de estado financiado por la CIA), le regaló uno de sus libros, poniendo
en la dedicatoria. “A Salvador Allende que por otros medios trata de obtener lo
mismo”.
Esa es la diferencia
que se ventila ahora, optar por un programa socialdemócrata SI practicante, o
por contra elegir un programa socialdemócrata NO practicante o lo que es peor un Capitalismo Socialgamberro SI practicante.
Paco
Molina. Zamora. 21 de Junio del 2016
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