Y
SIN EMBARGO (SÓLO) UNIDOS PODEMOS
Por esas cosas raras
de la vida, recién recibida la noticia del bajón en votos de UNIDOS PODEMOS (IU
+Podemos +Otros) volví a escuchar la canción de Joaquín Sabina “Y sin embargo
te quiero”.
Una verdadera joya
sobre las “aparentemente contradictorias conductas” de los humanos en lo referente
al amor.
“Aparentemente
contradictoria conducta” sería también, proponer, que tras perder un millón de
votos (el 18 %) bajo la fórmula de UNIDOS PODEMOS, respecto al ir por separado,
se pretenda insistir en esa unidad.
Pero lo voy a hacer
porque “y sin embargo te quiero” UNIDOS PODEMOS.
Las razones son
estas (más otras más ocultas):
1º.- Si perdiendo un
millón de votos se obtuvo el mismo número de Diputados, es que, matemáticamente
la unión es imprescindible.
Y es que cualquier
unión entre diferentes se produce porque aporta ventajas a todas las partes (simbiosis
mutualista). Y la ley electoral española (doblemente trucada: de
circunscripciones provinciales con reparto no proporcional de diputados, más
una ley D´Hont menos proporcional aún) obliga a no poder usar el teorema del
camarada (QEPD) Aquilino García de Zamora que afirmaba (según su experiencia
profesional) que venden más 2 mostradores de 50 metros cada uno, que uno sólo
de 100.
Y en efecto, sin
existir una proporcionalidad pura, el mantener a dos grupos (Podemos e IU)
disputando el electorado que está ala izquierda del PSOE (e incluso al que está
en la izquierda del PSOE) es posponer hasta el fin del mundo la revolución
democrática que evite el fin del mundo.
2º.-De las razones que
indican la bajada en votos de UNIDOS PODEMOS (el miedo, el haberse celebrado
nuevas elecciones, la pérdida de estima del líder máximo, la retranca de los
opuestos a la unión, y la no potenciación de Alberto Garzón todo lo posible)
parece que la más contundente fue el miedo.
Es decir, gente que
hace 6 meses votó a IU o a PODEMOS, pudo sentir vértigo ante el hecho de poder ganar
(como insinuaban la encuestas) y prefirió buscarse subterfugios para cambiar su
apuesta.
Pero ese miedo
escénico (“mira que si se van los ricos de España y acabamos en la ruina, etc.”)
se va a dar siempre, sea IU o Podemos, quien en el futuro llegara por separado,
a ser opción de Gobierno, a poder disputarle la victoria total a los poderosos.
Luego como ese miedo
es inevitable no tiene sentido renunciar a la unidad para evitarlo.
3º.- Los factores
referentes a los líderes (Pablo Iglesias y Alberto Garzón) es evidente que
deben y se pueden resolver fácilmente. Con mayor uso del freno de mano en el
primero, para recuperar prestigio, y mayor visualización del segundo para aprovechar
el aprecio que le muestran las gentes y el hecho de que tira de un tipo de
electorado muy suyo.
4º.- Entramos ahora
a valorar qué supondría seguir unidos para quienes, reticentes a dicha unidad,
no dieron su voto a UNIDOS PODEMOS.
Estos ciudadanos, al
ver que ha ganado el PP (si no gobierna de ésta, acabará haciéndolo en el próximo
Diciembre por mayoría absoluta) por fuerza tienen que tener un problema de
conciencia. Con mayor remordimiento cuanto más duras sean las medidas del PP (y
sus monaguillos) contra la Clase Obrera.
Por tanto, de
mantenerse la unidad, la entenderían mejor (como punto de apoyo que permite mover
el mundo) y dentro de 3 o 4 años, pondrían todo su esfuerzo para mejorar el
resultado de hoy.
5º.- Aunque los
puntos, 2º, 3º y 4º, estuvieran mal analizados lo cierto es que el 1º (la
unidad se demostró necesaria matemáticamente) más los 5 millones de votos
recibidos, son dos factores que indican que hay que seguir con las confluencias.
Si después de todo
(miedo, castigo y desafección) UNIDOS PODEMOS obtuvo más de 5.000.000 de
apoyos, estamos hablando de un ejército descomunal. Un ejército majestuoso que
nunca existió a la izquierda del biRRepartidismo (lo más parecido fueron los 2.
640. 000 de Julio Anguita hace 20 años).
Por tanto lo bueno
es seguir unidos.
Ahora eso si, como
los resultados obtenidos parecen dar la razón a los que se oponían a esta
unión, la prórroga, de darse, debería cumplir un requisito ya, y otro tal vez.
El inevitable sería
el volver a consultar a las bases, tras una campaña de concienciación más larga,
en la que se impliquen los partidarios de la unidad con todos sus argumentos.
Y la otra medida,
opcional, sería que en las próximas elecciones municipales se fuera por separado
(recuérdese que Podemos no se presentó en la mayoría de las localidades) si así
lo quieren los que pisan el terreno del terruño (mientras que en autonómicas y
generales se iría en unidad).
Puede que tras vivir
la experiencia en cada pueblo, de en vez de unirse, pelearse, se aprenda mucho de golpe.
Paco
Molina. Zamora. 4 de Julio del 2016.
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