jueves, 11 de febrero de 2016

EL AYUNTAMIENTO SE DIVIERTE

EL AYUNTAMIENTO SE DIVIERTE

Sr, director: Mientras el pueblo cada vez viva peor y los políticos cada vez mejor, nos jugamos la democracia. Punto uno.

Punto dos. Los partidos se ven con números rojos y empiezan a preocuparse por su situación económica en vez de por la clase social que dicen defender.

Hay que conseguir —deciden—un escaño como sea, para que un militante cobre y pase un tanto al partido, y para que caigan subvenciones.

Naturalmente el “como sea” se suele traducir en discrepar pero menos (pasteleo), en repartirse zonas de influencia, en elaborar leyes electorales que beneficien a los mejor colocados, etc.

Punto 3. Según la nueva ley electoral nacional que busca el bipartidismo y birrepartidismo, escaños que antes se premiaban dando a cada partido un millón por Diputado, pasan a ser compensados con un millón y medio.

Punta 4. El Ayuntamiento de Zamora no es excepción (y atentos a la Diputación) y se suben los sueldos (los liberados) por encima del  AES (¡y ellos lo firmaron!) y se subvencionan a sí mismos (los partidos) porque son un bien social.

Punto 5. Estos partidos zamoranos que se auto subvencionan por ser un bien social, ante un problema municipal-político-social, como por ejemplo, el evitar que una carretera atraviese la ciudad dicen que no hay dinero, y no quieren reparar en que: si el Ayuntamiento corre con los gastos de arreglar Cardenal Cisneros desde la Avda. del Generalísimo hasta la calle del Clavel, sin construir un tajo que destroce Pantoja, puede hacerlo y bien y ya, en una primera fase.

Si la Diputación corre con los gastos de una buena carretera (¿tres carriles?) por la Aldehuela hasta la de Tordesillas, invierte en algo útil y necesario pare la capital de la provincia.

Y si todo lo que se va a gastar (más de 800 millones de pesetas) Obras Publicas en partir la ciudad en dos, lo invierte en el tramo de la carretera Tordesillas-carretera Benavente únicamente, posiblemente hasta le salga mas barato.

Así, Zamora tendría una circunvalación y los munícipes podrían cobrar tranquilos.


Francisco MOLINA. El Correo de Zamora. 1984

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