miércoles, 3 de febrero de 2016

ZAMORA SIN LIBERTAD

ZAMORA  SIN  LIBERTAD

Cuando ETA aún no se había rendido (a la evidencia) de que la paz también era mejor para sus fines, y cuando aún mataba, en este caso a concejales del PP, me llamó rabiosamente la atención lo siguiente.

Una concejala del PP, con aspecto de señora y por tanto señora conservadora, como esas que hay tanto en Zamora (misa, familia, tradiciones y señora vestida de señora), hizo unas declaraciones sobre la cuestión de la amenaza de muerte que sobre ella pesaba y sobre el hecho de tener que ir acompañada permanentemente de un guardaespaldas.

Pues bien, en esas declaraciones, no se quejó solo del miedo a morir, sino que también hizo hincapié en lo insoportable que resultaba tener como una segunda sombra en la figura del funcionario de turno que tuviera que protegerla, porque, añadió, así pierdes hasta la libertad.

Me quede perplejo, y de golpe se me agolparon en las sienes comentarios similares oídos en Zamora, aunque por otros motivos.

La señora vasca notaba pérdida de libertad al ir acompañada continuamente por un funcionario guardaespaldas, mientras que en Zamora la gente se queja de pérdida de libertad al estar continuamente acompañados por el “vecino/a guarda-costumbres”.

 ¿Quién no ha oído eso de que Zamora es la bien cercada de cotilleos, que la atmósfera aquí es irrespirable (un microclima maloclima), etc.

Normalmente, quienes esto dicen, ponen a Madrid como ejemplo de ciudad donde, por lo menos allí vas como quieres y haces lo que quieres.

Estamos en ambos casos ante la misma queja. Es insoportable, al parecer, que existan junto a cada uno o una, unos "ojos que todo lo ven".

Ante esto cabe pensar que la señora de Bilbao quería libertad para comprarle un regalo al marido y poder darle una sorpresa.

Entonces la explicación tiene que ser, y la más plausible sería la de considerar que la gente no quiere ser vigilada para poder hacer picardías, y no para otras cosas para las que más bien necesitas lo contrario (que se vea lo bien que me va).

Pero entonces, ¿qué pasa?. ¿Se puede fomentar la visita a Zamora como olla a presión social exclusiva?

O mas bien, la señora vasca nos ha enseñado la verdad universal; que la gente necesita libertad para hacer picardías, porque no tiene bien resuelto ese tema.

Hay que inclinarse por esta última explicación, aunque hay que descartar que ni en Bilbao, ni en Zamora cuando se dice lo que se dice, se está diciendo que se quieren hacer picardías, es mas eso ni lo dicen ni lo quieren decir, lo que ocurre es se les escapa la verdad, no se sienten libres, y culpan de ello a la anécdota, bien sea esta el guarda-espaldas-funcionario o el guarda-costumbres-vecino.

Así se escribe la historia, y para que se entienda mejor, escribamos también la infrahistoria.

Todo esto viene de un error de las fuerzas progresistas. Veamos.

Todo el mundo sabe que si quieres aprobar el curso de persona de izquierdas debes saberte la primera lección, que dice:

Como la salud es una necesidad básica debe existir un servicio público de salud de calidad; como la educación es una necesidad del ser humano debe existir una educación pública que garantice la calidad del servicio, y como la vivienda y el trabajo también son indispensables, es el Estado, mediante actuaciones públicas. quien debe garantizar estos servicios.

También dice el catón del progresista, que hay que oponerse a la privatización de todos estos servicios porque al ser la empresa privada empresa con ánimo de lucro al final degenera la calidad del servicio.

Bien, pues visto esto, repárese en que, el hacer picardías, que es una necesidad inherente a la especie humana, en vez de garantizarla mediante un servicio público (las mujeres públicas no lo son) se ha dejado todo el campo libre para que la necesidad la resuelva la iniciativa privada mediante lo que se llama la familia, y claro, como ésta es una empresa con ánimo de lucro deja mucho que desear (¡nunca mejor dicho!).

Francisco Molina (Zamora). La Opinión de Zamora. Años 90 del S.XX



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