miércoles, 10 de febrero de 2016

EL COCHE DEL ALCALDE

EL  COCHE  DEL  ALCALDE

Señor director: 

Los cristales del coche del alcalde de Zamora son oscuros, de tal forma que desde fuera es dificilísimo ver lo de dentro.

Algunos zamoranos han pasado noches en vela dándole vueltas a la gran duda: ¿también desde dentro será casi imposible ver el exterior?

Con el ánimo de conciliar el sueño de esos ciudadanos se escriben estas letras y esta verdad: desde el interior del coche oficial del señor alcalde no se ve el exterior.

Por eso el señor alcalde no ha visto que cuando viaja y llega a una ciudad importante o con suerte, su coche la salva pasando por una circunvalación.

Por eso el señor alcalde no ha visto que cuando, a la fuerza has de atravesar una ciudad, pasando semáforo tras semáforo, lo que deseas es perderla de vista.

Por eso el señor alcalde no ha visto que los campos de fútbol o están donde siempre o están en las afueras, y esto tanto en ciudades como en pueblos.

Por eso el señor alcalde no ha visto que los parques son ese terreno verde, fresco y sano que tienen los que no tienen parcela, los que no tienen chalet o los que no tienen la posibilidad de salir todos los fines de semana o vacaciones, en busca de lugares agradables.

Por eso el señor alcalde no ha visto que la calidad de vida de una zona de la ciudad mejora con un parque en ella y empeora haciéndola atravesar por una carretera.

Por eso el señor alcalde no ha visto que cuando se tienen las ideas claras no se hace la presentación del avance de un Plan de Urbanismo repitiendo tres veces, tres, en un brevísimo espacio (ver tríptico del Plan), que el documento (del Plan) es completo  cuando es incompleto porque es modificable y mas incompleto todavía porque va a perjudicar a las zonas más pobladas de la capital (carretera por Cardenal Cisneros, y no parque junto al Bolón).

Por eso el señor alcalde no ha visto que cuando más conflictivo es un tema, la nobleza obliga a debatirlo y exponerlo en detalle, y no como ocurre con la carretera atravesando la ciudad, de la que no existe la menor mención específica en la exposición que se hace, precisamente, para que el público opine.

Por eso, empadronados de la villa, si veis que la ciudad pierde tranquilidad y gana en ruidos y peligros por culpa de una carretera que nos quieren imponer, y que pierde posibilidades y encanto porque nos dejan sin un posible gran parque, nunca penséis que es porque tenéis un mal alcalde; el y sus liberados son buenos, los malos, los culpables, son los cristales del coche del señor alcalde, que son demasiado oscuros..., como nuestro Plan de Urbanismo.

Francisco MOLINA. El Correo de Zamora. Entre 1983 y 1987


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