viernes, 14 de octubre de 2016

Capítulo 16. El Gobernador celestino


El caso de la ducha fría. Capítulo 16. El Gobernador celestino.

Don Zacarías decidió denunciar al Gobernador por Celestino.

En Opinión de Don Zacarías, entre las obligaciones de un Gobernador, con ser estas muchas a pesar de las transferencias, no estaba la de servir de tapadera a los amores profanos, clandestinos y plebeyos de ninguna ninfa de la ciudad y menos si la tal ninfa era su propia hija.

El disparate de denunciar a un Gobernador acusándole de Celestino, se le metió a Don Zacarías entre ceja y ceja, en plena frente y en lo más profundo del coco, de igual manera a como se nos puede meter una espinita en el dedo gordo, y de igual manera, lo mismo que la susodicha espinita, cuando se empeña, no hay quien la saque, pues así se había metido y cobijado la descabellada idea en la cabeza de Don Zacarías.

Dicen que las espinillas se sacan con procedimientos artesanales, siendo uno de ellos el que se ayuda del aceite.

Pues bien, también a Don Zacarías le iban a hacer un tratamiento artesanal.

Doña Andreina había recibido una llamada de su párroco, que a la sazón era su Director Espiritual, para que “por favor de los favores”, disuadiera a su marido –Doña Andreina no era otra que la señora legítima de Don Zacarías, caballero propietario de Almacenes Zacarías SL- pues lo dicho, Andreina recibió la petición de hacer entrar en razón a su marido.

Y Andreina desempolvó su salto de cama del viaje a Paris de hacía 9 años, destapó el frasco de aceites orientales del viaje a Bangkok de hacía 16 años, y tras embadurnarse su aún turgente escote, esperó a su marido con pintura de guerra, en labios y ojos.

Andreina, a sus 53 años, aún estaba más buena de lo que ella misma hubiera querido para el poco caso que le hacía su Zacarías.

Pero esa noche le hizo caso, y gracias al aceite, gracias a Andreina y gracias a que “mueven más  dos tetas que dos carretas”, se le pudo sacar a Don Zacarías la idea de la cabeza.

Mas, Don Zacarias dio por bien sacada esa idea de la cabeza a cambio de todo lo demás que también le sacaron; porque todo hay que decirlo, le sacaron hasta de quicio, del quicio del orden.


 (Continuará) 

Paco Molina de Zamora. Emitido en Antena 3 Radio de Zamora en la década de los 80 del siglo XX.

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